A sus 49 años, Vicente Mir lleva camino recorrido. Como jugador y como entrenador. Como futbolista, jugó en todas las categorías nacionales del fútbol español. Desde el Valencia en Primera división hasta el Benidorm en Tercera. Una vez colgó las botas, se decidió por el banquillo. Regresó al Valencia CF en 2009, subió al filial, y tras su salida de Paterna, volvió a hacer un largo recorrido de cercanías hasta llegar a La Condomina. El domingo visitará Mestalla (18 horas), con el objetivo de que el Murcia logre reverdecer viejos laureles.
P ¿Qué recuerdos le trae el Valencia CF?
R Jugaba en el Mestalla y entrenaba con el primer equipo. Subíamos Parri y yo. Estaba Víctor Espárrago de entrenador del Valencia CF y Carlos Simón en el filial. La temporada fue muy buena y al año siguiente hice la pretemporada en Holanda con Guus Hiddink. Estuve dos años. Me cedieron al Palamós y luego volví al Valencia antes de marcharme al Elche. Estaban Giner, Camarasa, Roberto, Fernando, Eloy...
P Usted era el canterano del vestuario. Supongo que le tocó pagar alguna de las novatadas habituales...
R Sí. En la pretemporada de Holanda me encerraron entre Giner y Camarasa y con una manguera de agua fría, a presión, me choparon de arriba a abajo. Hacía un frío que pelaba. Luego, ya me metí en el grupo y siempre estaba en el ajo. El ambiente era muy bueno.
P ¿Recuerda su debut con el Valencia?
R ¿Cómo me voy a olvidar? Fue en Liga, con Hiddink. En el 91. En Albacete. Perdimos 1-0 . La cagué y nunca más volví a jugar. Había hecho una pretemporada muy buena. Salí en la segunda parte con empate a cero. Subió el lateral izquierdo, y yo no le seguí, me quedé parado. Centró y marcó Corbalán de cabeza. Me salió un partido horroroso y no jugué más.
P Parecía que usted iba a ser futbolista de Primera división. ¿Qué le faltó para lograrlo?
R A mí me queda la espina clavada de que en el Valencia no hice las cosas todo lo bien que sabía hacerlas. Me arrepiento de haber sido conformista. Tuve ofertas del Espanyol, del Celta... Pero yo quería estar en el Valencia. Y acabé siendo conformista. Luego ya vas a Segunda, a Segunda B... y de ahí es muy complicado salir. También es cierto que antes no estaban los representantes de ahora y quizás, aunque yo no era un crack, podría haber jugado más arriba.
P ¿Cuándo sintió la llamada del banquillo?
R Siempre quise estar ligado al fútbol. Cuando jugaba, entrenaba a los chavales de Meliana y a los de Albuixech y quedamos campeones infantiles. Estando en Benidorm ya me metí en la rueda, y todo comenzó a ir mucho más en serio. Luego me llamó el Valencia para entrenar al juvenil, y de ahí pasé al Mestalla.
P ¿Cómo fue esa vuelta a casa?
R Con el Juvenil A del Valencia CF hicimos una temporada brutal. Quedamos campeones de Liga y subcampeones de España. Había una generación magnífica con Isco, Bernat, Alcácer, Carles Gil... Luego Martín Vila me ofreció entrenar al Mestalla y me llevé a casi todo el equipo. Ascendimos a Segunda B, pero las cosas no salieron y a los 15 partidos me destituyeron.
P ¿Qué sucedió?
R El equipo jugaba bien, pero los resultados no llegaban. Era un filial con gente muy joven, no como el que hay ahora, que tiene veteranos que lo sostienen. También se destinaba muy poco dinero al Mestalla, no había fichajes, y en el grupo había muchos chavales en una categoría nueva. Isco se fue, Montoro se lesionó, Alcácer tenía 17 años... Ahora el Mestalla es un equipo mucho más compensado, esa política es acertada, porque mantiene al equipo y hace mejores jugadores a los tuyos que tienen progresión.
P Me acaba de hacer un perfecto análisis de su próximo rival...
R Los vi contra el Celta. Tienen un gran equipo. Jugadores con mucha proyección. La eliminatoria está al cincuenta por ciento. No hay favoritos. Yo quiero lo mejor para el Valencia. Siempre que subamos nosotros primero.
