Con Dubljevic bailando en una tarima del parquet junto a los aficionados del Valencia Basket, se puso el broche a una noche de alegría en la Fonteta. El equipo valenciano regaló otra velada inolvidable a sus aficionados con una victoria de libro ante el Baskonia, que lo clasifica para la segunda final de liga de su historia, algo que no sucedía desfde 2003. El conjunto valenciano no encontró mejor manera que esta nueva gesta para celebrar su reciente retorno a la Euroliga, consumado el pasado domingo. El equipo de Pedro Martínez fue mejor en todo que el Baskonia. Sito Alonso no encontró, en ningún momento, la manera de frenar a los taronja, que igualaron la intensidad física de los vitorianos y mantuvieron de nuevo la serenidad. Con talento y paciencia castigaron una y otra vez el aro del Baskonia, hasta sellar el triunfo.

El conjunto valenciano no solo ha conseguido el registro histórico de alcanzar una final liguera por segunda vez, sino que también ha llegado al desenlace de las tres competiciones que ha disputado. Un reto mayúsculo que dignifica el crecimiento y consolidación del proyecto. Atrás han quedado dos equipos de nivel Euroliga como FC Barcelona y el propio Baskonia y en el horizonte se asoma el más difícil todavía con el Real Madrid. Se avecina una final, en la que seguro que competirá pero también se disfrutará. Pase lo que pase en la serie que arrancará este viernes, la campaña de los valencianos es la mejor de la historia pese a la ausencia de títulos. No hay que obviar que el Valencia Basket ha alcanzado cada final tanto de Eurocup, como en la Copa del Rey con el máximo de partidos disputados posibles, una hazaña que dignifica, si cabe algo más, el enorme trabajo realizado día tras día. Soñar es gratis y pelear una liga al Madrid sería un logro universal. Nadie duda que actualmente solo hay un equipo en España capaz de poder ganarle y es el Valencia Basket.

Un Valencia Basket muy superior

El partido tuvo un arranque muy similar al del tercer partido de los cuartos de final disputado frente al FC Barcelona. El Valencia Basket salió de inicio con un nivel defensivo sobresaliente que sorprendió a un Baskonia incapaz de igualarlo. El conjunto valenciano, con su inicio fulgurante, obligó al técnico visitante a pedir su primer tiempo muerto tras una acción de Sikma, que marcaba el primer momentoimportante del choque (15-4). Con un gran trabajo colectivo, las acometidas vitorianas eran infructuosas y los de Pedro Martínez, jugando de manual, alcanzaban su tope de renta mediado el segundo cuarto (36-23). Con una Fonteta entregada a su equipo, el partido se encaminó al descanso con una buena ventaja pero sobre todo con muy buenas sensaciones, destacando Sato, Oriola y San Emeterio. Solo hubo algo de réplica con el acierto exterior de Ledo y el empuje de Shengelia (43-32). Tras la reanudación, el partido siguió bajo los mismos parámetros. El conjunto de Pedro Martínez se encomendó al liderazgo de San Emeterio para mantener a raya a los vitorianos y sobre todo al riguroso nivel arbitral, empecinado en igualar las fuerzas. El marcador volvió a tratar con diferente rasero las acciones en una zona y otra que no desquiciaron a un Valencia Basket maduro.

El último arrancón fulgurante con un triple de un Vives que volvió a jugar haciendo un enorme sacrificio, tras su lesión de tobillo (65-52). Sito Alonso tuvo claras dos cosas en ese momento. Una era encomendarse a Larkin, la otra elevar su intensidad hasta el límite de lo legal y, sobre todo, hasta donde permitieran los árbitros. No le fue suficiente. El base norteamericano demostró su talento pero la coralidad taronja lo anuló. Con los árbitros sí gozó de cierta ventaja pero el juego simple y efectivo de los de Pedro Martínez hizo olvidar esos criterios banales, que sorprendentemente rodean a una semifinal de la Liga Endesa. Oriola con un mate y Thomas con dos triples encendieron los motores hacia el cielo. Ya era el turno de los festejos, con Dubljevic tomando el micro y Vives dedicando la gesta al lesionado Van Rossom. La final es una realidad. La Fonteta lo merece.