El Valencia Basket cedió ante el Real Madrid en el primer partido de la final del play-off de liga, pero está vivo. Cayó en un encuentro en el que miró a los ojos a su poderoso rival y le compitió de tú a tú, aunque le faltó ese punto diferencial necesario para doblegar a un equipo de enorme envergadura. Mañana, a las 20.30 horas y en el mismo escenario, lo volverá a intentar.

El equipo de Pedro Martínez asumió desde el inicio que la gesta de superar al bloque blanco era complicada, pero no imposible. La gran virtud mostrada ayer por el conjunto taronja fue la de saber aguantar las embestidas de un Real Madrid que, en ciertas fases del choque, se mostró desorientado e incómodo en la pista. Fue debido al buen trabajo colectivo del Valencia Basket, que redobló esfuerzos para anular el caudal creativo del conjunto madridista.

Con el 1-0 en la serie, la eliminatoria se torna más compleja, pero ni mucho menos inalcanzable. En el seno de la expedición valenciana se confía en la respuesta que mañana se pueda dar en el segundo encuentro de la eliminatoria, poder voltear el factor cancha y, sobre todo, meter miedo en el cuerpo al Real Madrid. Difícil es, pero no es inasumible ni inalcanzable.

Las ideas estaban claras

Tras el salto inicial, el Valencia Basket demostró tener las ideas muy claras, con unos muy buenos minutos iniciales de Sikma. Pero encontraron la réplica en Rudy Fernández. Un triple de Thomas dio al equipo taronja su máxima ventaja en todo el encuentro (15-21) en el tramo final del primer cuarto, aunque el Real Madrid reaccionó a tiempo para dejar el partido igualado al finalizar el episodio inicial (21-21). Tras mantener de nuevo la delantera en el marcador (23-24), un parcial de 9-1 de los blancos levantó alguna alarma en el seno del conjunto de Pedro Martínez, que vio como el electrónico realizaba su primer despegue serio tras una acción de Hunter (30-25).

Con una buena dirección de Diot, que posteriormente acusaría la falta de recambios con Vives «tocado», el conjunto valenciano se mantenía en el choque. Irrumpió en el partido un actor secundario como Taylor, que disparó al Real Madrid a su máxima ventaja en todo el partido (43-35). Con la soga al cuello, el Valencia Basket demostró que nunca se rinde y endosó un parcial de 0-8 en apenas minuto y medio, con dos triples incluidos que devolvieron la igualdad al marcador al finalizar la primera parte (43-43). Había partido.

El choque se mantuvo equilibrado tras el descanso. Los dos equipos intercambiaron golpes en formas de canastas que derivaron en un excelente espectáculo, digno de una final de liga. El acierto de Rudy Fernández y los problemas de Dubljevic en la pintura fue el lunardel conjunto de Pedro Martínez, que volvió a quedarse por detrás con un cuarto por jugar (65-59).

Con orgullo y trabajo, el propio pívot montenegrino anotó un triple que situó por delante al Valencia Basket (69-70). A partir de ahí, despertó el Real Madrid y el equipo taronja aguantó hasta que pudo (78-78). Llull tomó galones, mientras que Sastre falló dos tiros libres y San Emeterio se llevó un tapón imposible de Taylor. Esos detalles condenaron a una derrota pese a todo esperanzadora.