Pedro Martínez dejó de ser ayer el entrenador del Valencia Basket, una situación que provocó la sorpresa en el baloncesto español. Se va del banquillo de La Fonteta el mejor técnico de su historia, teniendo en cuenta a donde ha llevado al equipo esta temporada, la segunda que ha dirigido al equipo «taronja». Con Pedro Martínez, el Valencia Basket no sólo ha ganado la primera Liga de sus 30 años de historia, sino que ha llegado a las finales de las tres competiciones que ha disputado. En los desenlaces de los otros dos campeonatos, perdió por los pelos, en el último instante. Al Madrid lo tuvo contra las cuerdas en la final de Copa del Rey (95-97) y a la derrota ante el Unicaja, en el choque decisivo por la Eurocup, aún nadie le encuentra explicación (parcial de 4-20 en el último cuarto y 10 triples seguidos fallados). Pedro Martínez y el director deportivo, Chechu Mulero, hablaron ayer, cada uno desde su posición, de lo ocurrido.

? El varapalo de la Eurocup. Lo dijo ayer el propio Pedro Martínez. «Tras la derrota en la Eurocup, entramos en una dinámica diferente y más negativa, las relaciones con el club fueron menos fluidas y noté que se había roto la confianza. Comuniqué mi decisión al club de que mi ciclo en el club se había acabado», dijo. Aquel varapalo ante el Unicaja, efectivamente, dejó al entrenador en una situación complicada. «Di ese paso al final de la liga regular porque era lo que pensaba entonces, porque quería darle al club la información para que obrara en consecuencia y por ser sincero con Chechu, con el que siempre he tenido una relación de confianza», explicó. «Había una sensación de deterioro», añadió. Desde su despacho, Chechu Mulero respetó aquella decisión. «Fue una sorpresa, porque la idea era esperar al final de temporada para hablar de la renovación, como el año pasado», explica la persona que apostó en su día por el técnico catalán.

? Un punto sin retorno. La consecución del título de Liga, sin embargo, hizo que Pedro Martínez se replantease su futuro. «La vida es así y los resultados nos hacen tener una determinada percepción de las cosas. Con los resultados, me entraron las dudas porque entrenar a este grupo es muy motivante y estaba dispuesto a reconsiderar la situación, pero el club ha decidido que no, que se ha acabado, y eso es algo que acepto con profesionalidad», señaló ayer el técnico. El Valencia Basket comenzó, el mismo día que el técnico comunicó su decisión de marcharse, a buscarle un sustituto. «Nos citamos el lunes en el club y él nos transmitió que estaba abierto a la posibilidad de replantearse lo que me comunicó en su momento, pero el club tenía ya unos compromisos adquiridos» explicó Mulero, en referencia al contrato con Txus Vidorreta. «Lo que no tiene sentido es que en más de un mes que ha pasado no hubiéramos hecho nada. Se nos echaba el tiempo encima y no podíamos quedarnos de brazos cruzados», recalcó el responsable deportivo.

? Desavenencias con los médicos. El pasado 27 de febrero, el entrenador lanzó un dardo envenenado contra los servicios médicos del club, con los que no ha tenido una buena relación. «Voy a mentalizarme de que no voy a contar con Diot en toda la temporada», dijo, después de el base francés fuese diagnosticado de una lesión inespecífica por un golpe en el talón. Pedro Martínez conoció la situación al verlo aparecer en le pabellón con muletas, sin previo aviso. Sus diferencias con el cuerpo médico que dirige el doctor Miguel Frasquet venían de la temporada anterior. Entonces, se estimó la recuperación de Van Rossom en un periodo de 2 meses. Tardó 10 en volver a jugar y eso molestó al técnico catalán.

? La filosofía del club. Más allá del compromiso adquirido con otro entrenador, Txus Vidorreta, el Valencia Basket sólo trabaja con personal totalmente comprometido con el club. En este caso, se habían generado unas diferencias con el técnico que podrían haber intoxicado las relaciones, por cualquier mínima razón, la próxima temporada. La mentalidad de la entidad de La Fonteta, en ese sentido, es muy clara.