Y esa leyenda de que es habitual practicar sexo en la montaña.
(Ríe). Hay mucho mito sobre ese tema y mucho fantasma por ahí.
No me contesta.
(Ríe). Bueno, uno cuando se aclimata a la altura puede conseguir muchas cosas.
Usted pensó en el suicidio dos veces cuando aparentemente lo tenía todo...
A veces la gente idealiza muchos a las personas que, como yo, están expuestas al público y pensamos que son de una manera diferente a la realidad. La depresión es una enfermedad tabú, muy poca gente confiesa que la sufre aunque conocemos a muchas personas que hasta han intentado suicidarse. En mi caso la tuve en 2006, tenía algo más de 30 años y no me dedicaba profesionalmente a escalar pese a que ya había subido varios ochomiles. Había dejado muchas cosas atrás, un trabajo, muchas parejas... Tuve una depresión muy grande y dos intentos de suicidio pese a que escalé ocho mil metros.
Un consejo para el que empieza a escalar.
Prudencia y respeto a la montaña. Hay gente que cree que puede ir a una tienda, comprar material y subir una montaña, pero estamos en un medio que no controlamos, ni aquí ni en el Himalaya. Mi consejo es que tenga la humildad y el valor de aprender de los que más saben, eso es muy importante y evita males mayores.