La temporada del Valencia no ha hecho mas que empezar, pero Mestalla ha agradecido la base instalada por Marcelino García Toral y las intenciones trasladadas por un equipo que vuelve a exhibir signos de una identidad definida. El 1-0 cosechado contra Las Palmas, en un partido marcado por muchos condicionantes -como la expulsión del visitante Halilovic en la segunda parte- es un resultado que se aspira a repetir esta temporada. La premisa, martilleada por Marcelino en la pretemporada, es la de un equipo levantado sobre la seguridad defensiva cuyos goles a favor, aunque no sean muchos, signifiquen una garantía de puntos.

La temporada pasada, hasta en ocho partidos, el Valencia marcó dos o más goles y no fue capaz de llevarse la victoria. Un derroche que no se puede permitir ningún equipo. De la montaña rusa se ha pasado a una dieta espartana. El primer zarpazo de Simone Zaza, que ha contagiado con el voltaje emocional de su juego a Mestalla, se ha traducido en tres puntos.

A la identidad de un sistema reconocido, que se apuntalará con los fichajes de Kondogbia, Gabriel, Murillo y, al menos, un extremo diestro, se le acompaña otra identificación, la del compromiso. Marcelino ha creado un delicado ecosistema en el que los egos y vicios del pasado, representado por veteranos como Enzo y Alves, ha dado paso a un grupo joven, disciplinado y hambriento de reivindicación. Mestalla, cuya relación con la plantilla se había desgastado aceleradamente con dos años de caída libre, aplaudió a rabiar esa actitud renovada. Además, el grado de empatía que despierta el equipo ha aumentado con el mayor protagonismo canterano. A la consolidación de Jaume, Gayà, Soler y Lato se le añaden Nacho Vidal, que secó a Vitolo y Nacho Gil, que fue el primer revulsivo desde el banquillo y animó los minutos finales.

El 1-0 es, además, el primer triunfo del Valencia en una jornada inaugural de Liga desde la campaña 2013-14, cuando se derrotó al Málaga por 1-0 con gol de Ricardo Costa.

Lim almuerza con Marcelino

Se ha calmado, también, el panorama social. El regreso de Peter Lim a València, 16 meses después, fue acogido con indiferencia por la hinchada. El propietario almorzó ayer, en un restaurante de El Saler, con el entrenador Marcelino, el director general Mateu Alemany y el presidente, Anil Murthy.