P Usted llegó al Villarreal con 23 o 24 años, ¿cómo recuerda sus primeros días?
R Fue algo natural porque durante mi objeción de conciencia tenía dos tardes libres y tres mañanas, o al revés, y empecé a venir al club. Empecé con Paquito a ayudarle a buscar cosas en Internet, con José Manuel... No era mi idea dedicarme a esto, pero luego me encargué del fútbol base, más tarde cogimos al CD Onda de filial durante tres temporadas y fue poco a poco. No fue de repente llegar el primer día a las oficinas y tener mucha responsabilidad sino muy poco a poco.
P Esa responsabilidad la fue cogiendo con el paso del tiempo y siempre apoyado por Fernando Roig y José Manuel Llaneza. ¿Qué supone tenerles al lado?
R Sin lugar a dudas, son un gran apoyo. Son gente con experiencia, con un saber hacer importante y de los que siempre se puede aprender algo.
P Cuando se decide que usted pase a llevar más peso en el club como consejero delegado y José Manuel Llaneza sea vicepresidente, ¿cómo lo vivió?
R Eso también fue de forma natural. En un momento dado lo comunicamos a los medios de comunicación, pero fue también un cambio natural y fui cogiendo responsabilidad poco a poco... No fue de un día para otro que uno estaba haciendo todo y el otro nada. Y tampoco es así ahora porque José Manuel es vicepresidente y las decisiones importantes siempre se las consulto.
P ¿Le ha molestado en algún momento ser considerado «el hijo de Fernando Roig»?
R No, porque se asume. Es imposible separar una cosa de la otra. Yo creo que en el sector soy una persona reconocida, pero lo que pueda opinar la gente obviamente no lo puedes cambiar, así que tampoco se puede perder tiempo en eso.
