No pudo ser. El Valencia Basket hincó la rodilla frente al vigente campeón de la Euroliga en Estambul de manera justa pese a competir en la medida de sus posibilidades. El Fenerbahce mostró una capacidad ofensiva difícil de parar con jugadores como Sloukas, Nunnally, Vesely o Datome, a lo que unió un trabajo defensivo descomunal que cortó de raíz algunos de los caudales anotadores de los valencianos, principalmente el de Erick Green. El californiano apenas consiguió cuatro puntos y todos ellos desde la línea del tiro libre. Dentro de lo malo que significa perder el choque dejó alguna noticia positiva. San Emeterio volvió a jugar tras haber caído lesionado a finales de septiembre en la Supercopa de Gran Canaria. El alero cántabro comenzó falto de ritmo pero se entonó con el paso de los minutos y al final fue el máximo encestador de los de Vidorreta. Vidorreta echó mano además de Rudez. El exjugador de los Magic tuvo cinco minutos e incluso pudo anotar una canasta en los últimos instantes del choque. El susto lo protagonizó Pleiss, quien se llevó un golpe en la cabeza, aunque aparentemente leve, así como Vives, que acabó con problemas físicos. Culminada la visita al Fenerbahce el Valencia Basket deberá rearmarse para la próxima semana donde le espera otro choque de envergadura frente al CSKA de Moscú previo compromiso liguero ante el Burgos el domingo.

Los turcos llevan la iniciativa

Desde el salto inicial el Fenerbahce marcó la iniciativa en el partido aunque el Valencia Basket, con un gran trabajo en defensa en el tramo final del primer cuarto, mantenía igualado el marcador (20-18). Los turcos apretaron el acelerador en el segundo cuarto con mucha velocidad en el ataque y una defensa agresiva para marcar su primera despegue en el electrónico (38-26). Los «taronja», con su solidez mental habitual, se mantenían enganchados al partidos mediada la segunda parte (42-38). El Fenerbahce no perdió la compostura y los triples de Nunnally, la dirección de Sloukas y la contundencia de Vesely frenaron la reacción «taronja» (59-49). El querer y no poder fue la constante en los últimos minutos para un Valencia Basket que terminó por asumir que esta vez la gesta iba a ser imposible cosechando una derrota más abultada de lo que mereció y que frenó la racha de cinco victorias seguidas.