"La vida te da y te quita y ahora me ha dado mucho". Los cientos de miles de neoyorkinos y otros tantos ciudadanos del mundo que asitieron como espectadores o como participantes al Maratón de Nueva York no tenían por qué saber su historia. Pero existe y es muy intensa. Y tampoco tenían por qué saber que, en una ciudad llamada València, la espigada atleta que entró en el puesto 35.044, es toda una celebridad. Lo fue sobre todo cuando tenía 18 años, pero aún ahora es un referente absoluto en la fiesta de las Fallas. Covadonga Balaguer Malmierca tenía un reto y lo cumplió, como cuando fue nombrada fallera mayor de València de 1989.

Todavía está con el subidón. "Apenas me duele un poco el isquio, pero estoy muy bien. Cuando se cumplan 24 horas de la carrera seguro que será peor. Pero no puedo estar más contenta ni más feliz. Tenía un reto y lo he cumplido. Y además, disfrutándolo" asegura mientras visita el World Trade Center Memorial. Completó la prueba en 4 horas, 58 minutos y once segundos. "Es una carrera dura, con muchas subidas. Es verdad todo lo que dicen de ella. Pero también es verdad lo que dicen de los ánimos que te da la gente. Y como en las camisetas llevábamos la bandera española, cuando nos reconocían era aún más emocionante".

Covadonga, la eterna Covachi, empezó a correr como terapia al revés de su vida: cuando su marido Joaquín falleció. "Habían pasado tres meses y mi hermana me dijo que pensara en salir a correr con ella y con mi cuñado. Que sería la mejor forma de despejarme". Le cogió el gusto y todo aquel que la conoce la ha visto evolucionar: desde correr sus primeros 10K a los medios maratones... y estrenarse en la carrera de Filípides en Estados Unidos. "Ahora mismo, mi vida es la clínica, mis hijas y correr". Se apuntó al equipo de Marta Fernández de Castro "que era compañera mía cuando íbamos al Colegio del Pilar" y afrontó la carrera "con mucha emoción, pero sabiendo que iba preparada, porque había seguido los entrenamientos al pie de la letra desde el 1 de agosto". Con su equipo, la marea azul y negra del Team FdC y con su grupo de amigos, incluyendo a su amiga de la infancia, Gema Palanca, con quien compartiría emociones falleras cuando, dos años después de su reinado, ella también lo vivió como corte de honor de 1991. En Nueva York corrieron juntas y entraron juntas.

"Al principio pensaba haber ido para animar a los demás, pero conforme entrenaba y me veía bien pensé en correrla. Me apunté a través de una agencia hace ya más de ocho meses". Su hermana María, aquella que era una niña cuando Cova reinó en la ciudad, ahora participará en el maratón de València, a pesar de que ha tenido que estar pendiente de su hija, Paloma Ayora, hasta hace apenas un mes como componente de la corte infantil de Clara Parjeo. El tiempo pasa. "Ya que he corrido en Nueva York, el año que viene lo haré en València, que es mi ciudad".

"Sufrí un poco en el tramo final, a partir del kilómetro 35" asegura Covachi. Algo que, sin embargo, sus parciales no confirman: incluso sus parciales finales son de los mejores tras la paliza de 42 kilómetros. "En València nos estuvieron siguiendo con una aplicación a través de internet. Mi madre estaba muy preocupada y me decía que si me encontraba mal, que no dudara en retirarme. Pero la verdad es que estuve muy a gusto siempre". Al llegar y empezar a leer wasaps llegól la torrentera de emociones. "He llorado mucho, pero de felicidad".

Cuerpo y mente felices. "Mis hijas están super contentas de saber que lo he conseguido. Y Joaquín... habría alucinado".

Y un detalle. El reinado de Covadonga fue especialmente emotivo por los arrestos con los que ella, su corte, las infantiles y toda la sociedad fallera afrontaron una semana en la que no paró de llover. El domingo, en Nueva York... "nos estuvo lloviendo toda la carrera".