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Entrevista | Javier Calleja Revilla

Calleja: "Aquí no vale con vencer, hay que convencer también"

Javier Calleja Revilla (Alcalá de Henares, Madrid, 12-5-1978) llegó al Villarreal en los años 90. Como jugador, se curtió en la cantera antes de asentarse en el primer equipo, y ahora repite trayecto como técnico.

Calleja: "Aquí no vale con vencer, hay que convencer también"

Javi Calleja parece ajeno al trajín de la sala de entrenadores de la Ciutat Esportiva de Miralcamp. Uno viene, otro va, el encargado de prensa abre la puerta para recordar que se agotan los 25 minutos de entrevista. En medio del caos, el entrenador del Villarreal transmite un aura de calma: escucha, decide, mira a los ojos y habla. Es fácil extrapolar la situación a la rutina de un banquillo de Primera, ahí donde ha irrumpido Calleja de modo sobresaliente.

Tres años seguidos siendo campeón en el juvenil. Llega al filial y lo mete arriba. Sube al primer equipo y firma el mejor arranque de la historia. Igual le está pareciendo todo muy fácil.

No, (risas), no se me ocurre pensar que es fácil. En fútbol ganar es siempre lo más difícil. Es cierto que desde que empecé me han ido bien las cosas y estoy contento por toda la trayectoria, pero esto no ha hecho más que empezar. Tenemos los pies en el suelo, hay que ser humilde y seguir confiando en lo que uno cree, que es el trabajo. Lo nuestro es intentar que día a día los jugadores vayan asimilando los conceptos a poner en práctica en los partidos, porque mi mayor satisfacción como entrenador es que el trabajo de los entrenamientos se vea reflejado en la competición.

¿Y se ve reflejado?

Cada vez más. Estoy viendo una progresión en ese aspecto. Cada semana veo en el equipo, con más fluidez, la idea que quiero que se desarrolle. La evolución está siendo buena, creo que en ambas partes, porque también en mi caso cada semana los voy conociendo mejor.

Al llegar, ¿qué vestuario se encuentra?

Desde la primera toma de contacto, me di cuenta de que tengo una plantilla de grandes profesionales. Fueron los jugadores los que me ayudaron a mí. Me encontré un vestuario sano, comprometido, muy trabajador. Tienen la misma ilusión que yo, el mismo hambre. Me identifiqué con ellos enseguida.

Cuando se cambia de entrenador, a veces se genera una reacción que luego se diluye, con el paso del tiempo. ¿Teme que le ocurra algo así?

Llevamos más de un mes ya. Ese cambio se dio en su momento, esa reacción primera es normal, pero aquí estamos yendo a más y se sigue mejorando. Nos queda mucho por mejorar, hay potencial, y se puede crecer.

¿Por qué el rombo?

Creo más en ideas que en sistemas. Nuestra idea es ser dominantes, tener la iniciativa a través del balón, mandar desde el centro del campo. A partir de ahí, con independencia del dibujo, los jugadores deben saber moverse. Usamos el rombo porque considero que nos da superioridad para asociarnos, para estar escalonados, para tener líneas de pase, y hacer lo que queremos hacer con el balón.

La mediapunta le ha sentado muy bien a Fornals.

Todos los jugadores cuando llegan a un sitio nuevo necesitan tiempo, y en él se puso mucho el foco al principio. Poco a poco se está viendo al Fornals más suelto, liberado. Se está viendo al jugador que es. La mediapunta es una posición en la que está a gusto. Nos da una riqueza en el juego muy interesante, por un lado soluciones con balón, y por otro, como tiene gran capacidad de trabajo y es muy generoso, nos da un plus defensivo que en esas posiciones no es habitual tenerlas.

La base del rombo está siendo Rodrigo.

Rodri es completísimo. Es un futbolista muy inteligente, posicionalmente muy bueno. Siempre está aportando en las dos fases, con y sin balón. Con el primer toque supera líneas de presión y realiza una labor de equilibrio constante. Es muy joven, pero cada vez tiene más protagonismo porque también tiene personalidad y carácter. Viene desde abajo demostrando que puede ser muy importante para el fútbol español.

¿Y cuando vuelva Bruno?

Son compatibles totalmente. A mí me gusta poner a los buenos, y tengo la suerte de que tenemos muy buenos centrocampistas. Todos no pueden jugar a la vez, pero me gusta tener a los mejores y, como hablan el mismo lenguaje, ya nos encargaremos de que jueguen y funcionen.

Rodri no llega solo.

Veo una generación de muchísimo talento, de las que se repiten pocas veces. Pau, Chuca, Ramiro... Son muchos jugadores que vienen desde abajo, que conocen perfectamente el club y en el filial han demostrado su potencial. Mi labor es esperar el momento para ponerles, y confiar en ellos. Es difícil que todos se consoliden en la primera plantilla, pero año a año nos iremos nutriendo. El Villarreal tiene una apuesta real por el fútbol base. Se ve en el día a día y el apoyo viene desde la cúpula del club, y se siente. Muchos clubes tienen también una infraestructura buena, pero aquí hay un creencia especial en la cantera fácil de demostrar. Yo vengo de ahí y conozco la materia prima y cómo se trabaja.

Además hay un estilo definido que ahora se está recuperando en el primer equipo. Es una ventaja a la hora de promocionar futbolistas.

Totalmente de acuerdo. Uno de los motivos principales por los que no tengo dudas en subir a jugadores del filial es porque saben a lo que jugamos. No hace falta que se adapten a un estilo diferente porque conocen todos los conceptos a base de haberlos repetido durante años. Es una idea que yo he aprendido desde que vine aquí como jugador, muy joven. Todo lo que aprendí entonces como jugador (de Garrido en la cantera a Pellegrini en el primer equipo) trato de trasladarlo ahora como entrenador.

En esa vuelta a los orígenes que representas, ¿cuál te gustaría que fuera tu aportación?

Cada uno tenemos nuestro sello, dentro de las similitudes, cada equipo tiene su personalidad porque cada entrenador la tiene. A mí me gustaría que jugásemos cada vez mejor, y que con ese juego la afición se identificara, una conexión que voy viendo poco a poco, y que al mismo tiempo sirviera para tener resultados, y ojalá coronarlo con un título.

Se suele decir que el ecosistema del Villarreal es sencillo para un entrenador, pero el caso Escribá apunta que quizá no tanto. Los resultados no bastaron.

A veces los resultados hay que analizarlos bien. Es difícil lograrlos si no se trabaja bien. Eso es lo primero, y luego aquí no vale con vencer, hay que convencer también. Es importante que los de dentro del club y la afición se identifiquen con el juego. El foco es la idea, jugar bien, y que eso nos lleve luego al resultado. En otros sitios es al revés.

¿Qué es jugar bien?

Cada uno tendrá su punto de vista, pero para mí jugar bien es imponer tu estilo al equipo contrario. Que el partido vaya por donde nosotros queramos. En nuestro caso: llevar la iniciativa, jugar en campo contrario, generar el mayor número de ocasiones. Siempre dando importancia al balón. A veces se confunde jugar bien con la posesión, y no es solo eso, hay que interpretar esa posesión dependiendo del contexto. A veces toca ser verticales y profundos, si robas y el rival está desordenado. Si no, a base de juego posicional, tratar de desordenarlo.

Con la baja de Castillejo pierde una manera diferente de causar ese desorden.

Es un tipo de jugador fundamental porque cuando el rival está cerrado y hay pocos espacios, a veces no vale con la combinación y necesitas ese uno contra uno para desbordar.

Usted fue un futbolista zurdo como él. ¿Con qué soñaba de niño? ¿Sigue soñando?

Soñaba con ser futbolista. Es un sueño que viví con mucha pasión. Lo conseguí, pero a nivel profesional lo disfruté menos de lo que debería. Empiezas con mucha ilusión, pero poco a poco pierdes esa inocencia infantil y te centras en otros aspectos que no te hacen disfrutar realmente. Solo lo disfruté al principio y al final del todo. Cuando ser futbolista se acabó, me planteé ser entrenador. Y también se sueña. Uno de esos sueños era entrenar al Villarreal y lo he conseguido, y ahora no quiero que me pase lo de jugador. Quiero disfrutarlo todo.

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