Lo de Robert Fernández (Betxí; 5/7/1962) y Pep Serer (Quart de les Valls; 4/5/1966), fue como aquella frase del final de Casablanca: «Presiento que este es el comienzo de una hermosa amistad». Fue en el año 1988, en el Barça del irrepetible Johan Cruyff, cuando ambos coincidieron por primera vez. Desde aquella fecha, Robert y Serer jugaron juntos dos años en el Valencia CF (del 93 al 95) y cuatro en el Villarreal (del 95 al 99). Al dejar el fútbol, su amistad traspasó el verde hasta coincidir como comentaristas de la extinta Ràdio 9.
Pero el legado de Cruyff, que contagió a más de la mitad de su plantilla azulgrana de la temporada 1988-1989 a cambiar el balón por la pizarra -conocidos en Mestalla son Alesanko, Koeman, Bakero, Pizzi, Pellegrino o Valverde- tenía reservados para Robert y Serer nuevas aventuras futbolísticas y no en las ondas radiofónicas sino los banquillos del Mestalla, Córdoba, Orihuela o Alzira el primero, y Corea, Kazajistán, Celta o Granada el segundo.
En 2015, y de la mano del nuevo presidente azulgrana Josep Maria Bartomeu, Robert regresaría al Barça como director deportivo en verano de 2015. Pep Serer fue detrás. Formando parte de su equipo. Como ojeador. En una prueba de que la amistad entre ambos y la estima profesional que se profesan sigue intacta pese al paso de los años.
Robert jugó en el Valencia CF un total de 10 temporadas en dos periodos de 4 y 6 años, y en el FC Barcelona, en el que jugó cuatro temporadas y logró sus mayores gestas deportivas. Con el Valencia CF no ganó ningún título. Fue 29 veces internacional con la selección española entre los años 1982 y 1991.
Serer militó en el FC Barcelona dos años -uno de ellos en el filial, y otros dos en el Valencia CF, antes de retirarse del fútbol en activo en el Mestalla, en Segunda B, la temporada 2.000 con 34 años.
