La suspensión del partido en Museros llega justo una semana después de que un árbitro, Salva Beto Alopelo, denunciase en Levante-EMV los insultos racistas que sufrió durante su etapa como árbitro de fútbol base, lo que le llevó a abandonar el arbitraje. Beto, técnico de educación infantil y estudiante del Grado de Magisterio, fue objeto de xenofobia con expresiones como «negro de mierda» en partidos de niños de 7 y 8 años.

El excolegiado, valenciano hijo de guineanos, aseguró que el comité de árbitros hizo oídos sordos a sus actas arbitrales.