Cada año, Joan Barreda renueva sus ilusiones cuando se aproxima el Rally Dakar. El piloto de Torreblanca no teme a lo que se pueda encontrar mientras conduce su moto por las dunas del desierto y sigue soñando con proclamarse campeón. Lo ha tenido cerca en más de una ocasión, pero una lesión hace dos años y una sanción en la edición de 2017 le privaron de entrar en el Olimpo de los pilotos.

Este año los nervios en el estómago volvían a estar antes de partir hacia Perú, donde hoy arranca una nueva y exigente edición para el deportista castellonense. Pero no solo por la competición propiamente dicha sino porque este año es algo más especial para él. Hace cuatro meses, probando su moto, sufrió un accidente al caer en un agujero y se fracturó cuatro huesos de la muñeca. En aquel momento pensó que no podría tomar la salida en una prueba que le apasiona, pero el castellonense hizo todo lo posible y al final lo consiguió.

«Después de unos meses de recuperación, donde he hecho todo para intentar estar en la salida del Rally Dakar, mi mano ha empezado a tener buenas sensaciones, aún con molestias, me ha permitido hacer unos últimos días encima de la moto. No es la preparación que habría querido tener, con pocos kilómetros, pero es la que es y en estas condiciones daremos todo como siempre por luchar por este nuevo Dakar», explicaba Barreda en sus perfiles de las redes sociales.

Este año la prueba arrancará desde Perú y la primera etapa que deberán completar los participantes en las categorías de motos, coches y quads se dará entre Lima y Pisco. Una etapa de 272 kilómetros de los cuales 31 serán de especial y en la que también participará el farmacéutico de Enguera, Nacho Sanchis.