Especialistas en Balística del laboratorio de criminalística de la VI Zona están analizando la pistola intervenida a Rubén Semedo, el central del Villarreal CF detenido por supuestamente intentar matar a un conocido, secuestrarlo y robarle, para saber si, como se sospecha, puede estar implicada en otros delitos graves. Sin descartar, incluso, alguno de sangre.

Las sospechas están seriamente fundadas, ya que el arma tiene borrado el número de serie, algo común cuando se trata de un arma usada en algún asunto muy feo y habitual en pistolas legales que han sido robadas y han pasado, por tanto, al mercado negro.

El arma, del calibre 9 milímetros corto, fue encontrada por agentes del grupo de Homicidios de la Guardia Civil escondida en la habitación principal del chalé, precisamente la que utilizaba el futbolista. En el cargador conservaba tres cartuchos y estaba lista para ser utilizada.

Un tiro en plena calle

Semedo no sólo está acusado de encañonar en varias ocasiones al denunciante durante la paliza y el cautiverio al que fue sometida en el garaje del chalé del central del Villarreal CF, sino que, además, le habría disparado con ella cuando la víctima salió corriendo en un descuido de su captor, en una calle próxima a la avenida de Blasco Ibáñez. La víctima contó a la Guardia Civil que, después de mantenerlo secuestrado durante casi cinco horas en la vivienda del jugador, lo llevaron a València para que les marcara el domicilio del hombre que debía a Semedo 5.000 euros de una supuesta transacción, hombre que le había presentado el secuestrado al futbolista. Por fortuna, ese tiro no le alcanzó y pudo completar su huida y pedir socorro.

Mientras, la juez de Llíria que instruye la causa contra el jugador, y que hoy tiene previsto tomarle declaración cuando la Guardia Civil se lo entregue junto con todas las evidencias en su contra recabadas hasta ahora, ya ha firmado la orden europea de detención (OED) contra el primo de Semedo y un amigo de ambos, implicados también en los hechos.

Al parecer, la investigación abierta por la Guardia Civil ha permitido rastrear el vuelo en el que los dos hombres, portugueses como Rubén Semedo, habrían tomado para escapar a su país. En principio, todo apunta que huyeron el día 13 desde Manises, justo al día siguiente de que la víctima acudiera a una comisaría de la Policía Nacional para denunciar la brutal agresión de la que había sido objeto.

Un regalo peculiar

Aunque la certeza de que la pistola intervenida al central del Villarreal es robada y que procede del mercado negro es absoluta por parte de los investigadores, aún no está claro cómo y cuándo llegó esa arma -y la correspondiente munición- a manos del jugador. Tampoco por qué.

Eso sí, de momento, la hipótesis que se está barajando es que se la regaló un hombre de nacionalidad colombiana relacionado con determinados ambientes delictivos, si bien aún no ha sido identificado.

En el registro llevado a cabo el martes por la mañana en el chalé del central, en el número 11 de la calle Rosinyol de Bétera, los expertos en criminalística hallaron, gracias al uso de la luz forense -el famoso Luminol popularizado por las series policiales-, salpicaduras de sangre de la víctima en el área del garaje que Semedo tenía acondicionada como discoteca, lo que corrobora el relato del denunciante.

Sin embargo, no hallaron ni droga ni rastro alguno de esta en ningún punto del domicilio.

Tal como adelantó ayer en exclusiva Levante-EMV, el jugador está acusado de intento de homicidio, amenazas, lesiones, tenencia ilícita de armas, detención ilegal y robo con violencia, por lo que las fuentes jurídicas consultadas dieron por seguro el ingreso provisional en prisión del futbolista, quien, asistido por tres abogados -uno de ellos llegado exprofeso desde Portugal para representarle-, se negó ayer a declarar ante la Guardia Civil.