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Entrevista

Sam Vam Rossom: "Regresar fue raro: como dejarlo con la novia y volver con ella"

Autor del triple de la victoria ante el Unicaja, Van Rossom se siente feliz por haber superado tantas adversidades

Sam Vam Rossom: "Regresar fue raro: como dejarlo con la novia y volver con ella"

P En Bélgica no hay mucha tradición de baloncesto. ¿De dónde le viene a usted la vocación?

R Mi padre fue jugador de un nivel decente y después entrenaba a un equipo de niños. Me llevaba al pabellón con 5 años y, como era muy pequeño para entrenar, pues me cogía la pelota y empezaba a tirar. También fui uno de los chicos que limpiaba la pista del primer equipo (Optima Gante) y los jugadores eran mi ejemplo.

P¿Sus padres son altos?

R No, bajitos, como yo (sonríe) (mide 1,88 metros).

P ¿Tiene hermanos altos?

R Tengo un hermano, pero yo soy más alto. Él es 2 años más mayor que yo, jugaba al baloncesto en un equipo que crearon los amigos. De joven jugaba con ellos a veces, porque me ponían con mayores, y he jugado mucho con él.

P El puesto de base, ¿requiere más talento que el resto?

R La mayoría de jugadores de baloncesto tienen un tacto especial para manejar la pelota, así que algo de talento seguro que has de tener. Pero aprendes mucho con los años. A mí me gustaba tanto jugar que cuando llegaba a casa seguía jugando al baloncesto con mi hermano, todos los días.

P Por su edad, puedo adivinar quién era su ídolo.

R ¡Seguro! Como todos los niños de mi época, Michael Jordan era mi ídolo. Como ahora lo son para los niños Kobe Bryant, Lebron James o Stephen Curry. Recuerdo que yo no podía ver la NBA, pero conocía un amigo que sí. Me daba la cinta de vídeo del partido de la noche y luego lo veía en mi casa.

P A Van Rossom, ¿se le daban bien otros deportes?

R Jugaba al tenis y al fútbol, sobre todo al tenis. Yo tenía muy buen servicio, ¡eh! El año que iba a entrar en competición me llamaron de la selección sub-17 de baloncesto y lo dejé. A lo mejor podría haber sido un buen jugador de tenis, ¿quién sabe?

P ¿A qué deportistas admira?

R Especialmente a Roger Federeder, es puro talento. Si conoces su historia, ves que de júnior perdía mucho. Luego empezó a ganar de senior. Si ves todo lo que ha logrado este tío es para admirarlo.

P ¿Cuál es su filosofía de vida?

R Lo más imporante para mí, por encima de todo, es que te lo pases bien con lo tuyo. Si haces algo que no te gusta, nunca lo puedes hacer bien. Para nosotros es fácil decirlo, porque nuestro trabajo es nuestro hobby, pero si a ti no te gusta el periodismo, cada día vas a ir al trabajo con una cara de «yo no quiero estar aquí».

P Disfruta mucho del baloncesto, quiere decir.

R Sí, sí. Te voy a admitir algo: antes de mi primera lesión de rodilla no disfrutaba tanto. Sabía que me gusta y tal, pero estar apartado de la pista 10 meses seguidos te hace valorar lo que significa de verdad el baloncesto en tu vida. Ahora mismo difruto muchísimo más del juego que antes de la lesión.

P Un base, ¿disfruta más del baloncesto?

R No lo sé. Algunos pueden ir más sueltos, nosotros tenemos que pensar, somos como el segundo entrenador dentro de la pista. Debemos de estar más metidos todavía que los otros, pues tenemos que estar pendientes de muchas cosas. El base manda un sistema y los otros lo ejecutan. Hemos de pensar en qué jugar, en qué momento, para quién. Está claro que el entrenador ayuda, pero tú como base tienes que pensar.

P ¿Qué se le pasó por la cabeza el domingo antes de lanzar el triple decisivo?

R Pensé: «Me la juego y ya está». Al final es una decisión que tomas en un segundo. En el momento que cogí el balón no pensé en lanzarlo.

P ¿Qué factor es el más decisivo para que el balón entre?

R Interviene la suerte, pero lo más importante es tu cabeza, la confianza que tienes. Esa es la clave.

P Transmite usted buen rollo.

R Bueno, todos me dicen que soy alegre. Siempre veo el vaso medio lleno, soy bastante positivo. Pero también tengo días que no me salne las cosas, ¿sabes?

P ¿Qué tipo de alumno era en el colegio?

R Era bastante buen tío (sonríe). Escuchaba lo que me decían, aunque el tema de estudiar era otra cosa. Yo era un estudiante de última hora. Al final los resultados eran buenos, pero desde los 16 años tenía en mente el baloncesto y era difícil hacer otras cosas.

P ¿A qué se iba a dedicar?

R Pues empecé la carrera de Derecho, en serio. Duré 3 meses, porque entrenaba casi todos los días y no podía ir a la «Uni».

P ¿Cómo vivió los atentados terroristas en su país?

R Lo viví muy de cerca. La semana antes estuvo un amigo en València 4 días conmigo. Días después, cuando salieron las noticias del atentado, él salió en una de las fotos más publicadas del atentado, muy herido. Lo pasé mal por él. Estuvo cerca de la muerte, le han operado 12 veces de las piernas, pero ya está bien.

P ¿Qué hace en sus ratos libres?

R Veo series, leo libros y me gusta ir a una terraza a tomar café.

P ¿Qué lee?

R Biografías, sobre todo. Las de Agassi, Tyson o Ibrahimovic, y me encantan las novelas de Dan Brown.

El Valencia Basket no le renueva, se va, y al tiempo le vuelven a llamar. ¿Como digirió aquello?

R Cuando llegó el momento de no renovarme, yo entendí perfectamente la situación. Por el estado de la rodilla había muchas dudas. No era sólo este club, había equipos interesados que no se atrevían a ficharme. Estuve triste por despedirme del club y de la ciudad. Y bueno, cuando me había despedido de todos, del piso y todo, me vuelven a llamar y me quedé encantado. La primera semana fue un poco rara; fue como si tuviese novia, acabas con ella y luego 3 meses vuelves a estar con ella.

P En Bélgica, ¿es un tipo popular?

R (Carcajadas) ¡Muy poco! Mucho menos que aquí. Yo en València voy al centro, por ejemplo, y casi siempre hay alguien que me para. No me molesta para nada, pero en Bélgica voy por la calle y no me conoce nadie. Mejor eso que ser futbolista y tardar 1 hora en recorrer 500 metros, ¿no crees?P ¿Ha recuperado el piso?

R ¡Qué va! Ahora vive «Dubi» (Dubljevic). Es normal, pues yo se lo ofrecí cuando veía que no iba a continuar. Lo curioso es que ahora vivo en la finca donde vivía él.

P ¿Se siente querido en València?

R Mucho, mucho. Siempre ha sido así, todo el tiempo. Soy un tipo muy abierto y después de los partidos me gusta quedarme a hablar con los aficionados.

P La recuperación de su lesión de espalda ha sido más rápida de lo que mostraban las imágenes aquel día. Se retorcía de dolor.

R Sí, con mucho esfuerzo, cada día. Dentro de lo malo tuve la suerte de que las fracturas (3 vértebras) rotas eran en el mejor sitio posible. Ese día, en el hospital, intenté levantarme para irme a casa, delante de Paco Raga y Mulero, pero caí desplomado a los 2 metros. Me quedé a dormir allí varios días (bromea).

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