El VRAC Quesos Entrepinares se ha proclamado campeón de la Copa del Rey de Rugby al vencer en la final al SilverStorm El Salvador (16-20) en un partido muy disputado, jugado de poder a poder, y que mantuvo su intensidad y emoción hasta el final.

En la primera mitad el VRAC comenzó enchufado. Entró en el partido con mayor intensidad y quiso marcar muy pronto el territorio. De hecho, en el primer minuto se adelantaría en el marcador gracias a un ensayo del ala Pedro de la Lastra pegado al banderín, tras una jugada colectiva. Gareth Grifiths convertiría (0-7). Dos golpes de castigo del centro inglés, minutos 9 y 15, elevaban el (0-13) al marcador.

Parecía que la final iba por la vía rápida. Y que los precedentes de los partidos entre ambos equipos durante la fase regular, sendas victorias del VRAC, junto al absoluto dominio del equipo en la tabla, no eran sino un presagio de lo que esperaba a los aficionados. Pero El Salvador despertó. Sam Katz, el apertura, puso a jugar a sus tres cuartos y empezó a pisar campo rival. A los 18 minutos tras una touch, y una perfecta ejecución de maul, el pilier argentino Leandro Wozniak ensayó. No transformó Katz, pero el (5-10) subió al marcador.

En esa misma línea siguió desarrollándose el partido hasta que a los 27 minutos, una ruptura del zaguero Nuu Junior, puro músculo y potencia, volvió a significar una nuevo ensayo colegial que Katz no pudo transformar (10-13). Había partido. Mejoró el Quesos en la recta final del choque, el valenciano Álvar Gimeno asumió mayor protagonismo con un par de buenas acciones defensivas y ofensivas, y acabó jugando en la veintidós de El Salvador. Al descanso se llegaría con el igualado marcador de 10-13.

Más igualado no se pudo poner el partido en su reanudación. Griffiths perdonó un golpe a palos pero Sam Katz aprovechó su oportunidad (13-13). El capitán quesero,Kalo Kalo Gavidi aprovechaba un error defensivo chamico para ensayar en el minuto 52, esta vez sí que Gass materializaba la posterior conversión, y el VRAC se ponía (13-20) en el electrónico. Katz recortaba distancias con otro golpe (16-20) y el partido estaba a falta de 15 minutos para quien lo quisiera ganar. Griffiths volvió a perdonar un golpe de castigo. El francotirador del Quesos no tenía su día. Algo inhabitual. Pero aún así, El Salvador no tenía una vía de acceso clara y el partido finalizaba en su veintidós ante el empuje queso en busca de un ensayo.