Palo muy duro el que se llevó el Valencia Basket y su afición en una noche que acabó en pesadilla con el adiós a las semifinales de la Liga Endesa y también a la Euroliga la próxima temporada. A partir de ahora se inicia un período de reflexión en un año muy complejo con demasiados lastres y problemas que han condenando al equipo hacia el abismo final ante un Gran Canaria que tuvo el punto de acierto que los valencianos adolecieron. La Fonteta se sumergió en un silencio final estremecedor, sin apenas fuerzas para silbar, conmocionada por un final que era posible pero que nadie pensaba. El Valencia Basket no ha cumplido los objetivos ni en la Liga Endesa como tampoco lo hizo en la Copa de la Rey, mientras que la Euroliga se afrontó con muchas dificultades para convertirse casi en una carga. Llega el momento de las decisiones que seguro no afectarán solo al banquillo. Compás de espera.

Cruel prórroga

Los dos equipos salieron a la cancha sabedores de que el ganador no solo tenía el premio de alcanzar las semifinales de la Liga Endesa sino la posibilidad de jugar la Euroliga tras la derrota del Andorra en Barcelona. El encuentro comenzó con un constante intercambio de golpes que comenzó a decantarse del lado insular gracias a su acierto exterior y a la contundencia de Balvin en la pintura (13-18).

El Valencia Basket no tuvo réplica desde fuera, se estancó en ataque y apenas podía frenar las acometidas de los de Casimiro que cobraron su máxima ventaja tras un lejano lanzamiento de Paulí (18-16). Una buena canasta de Green y la conexión al choque de San Emeterio y Thomas reactivaron a los taronja mediado el segundo cuarto (31-30). Con las fuerzas de nuevo igualadas, errores en el tiro libre y decisiones arbitrales muy rigurosas dejaron el electrónico con ligero dominio visitante al descanso (37-38).

De la mano de Doornekamp, el Valencia Basket pareció dar un vuelco al choque (70-60). En el último cuarto el encuentro parecía decantado con poco más de un minuto de jugar (80-75). Contra las cuerdas Eriksson con un triple derivó el partido a un final increíble que concluyó en prórroga tras una falta a Mekel que anotó dos tiros libres (81-81). En el tiempo extra, las fuerzas estaban muy ajustadas y los nervios a flor de piel. El acierto de los insulares por medio de Rabaseda y Eriksson encendieron todas las alarmas en la Fonteta. Con el agua al cuello y el silencio en la grada, el Valencia Basket quería respirar (89-92). Dos triples a la desesperada se salieron y con ellos se fue el Valencia Basket de la temporada. Año duro con un final triste. La ley del deporte.

Vidorreta: «No sé si entrenaré al equipo la próxima temporada»

El propietario del club Juan Roig bajó al vestuario tras el encuentro para animar a un equipo destrozado en lo anímico. El técnico Txus Vidorreta reconoció tras el partido que desconocía su futuro en conjunto valenciano. “No sé si entrenaré al equipo la próxima temporada, no depende de mí. Ha sido un honor entrenar al Valencia Basket pero acabo contrato el 30 de junio y ya se verá”, afirmó. Vidorreta recalcó el gran desgaste del año,.“Todos los equipos que jugamos la Euroliga pagamos un peaje importante y en el partido 70 de la temporada todo cuesta un poco más. Hemos hecho méritos para más, ha sido la derrota más dura en mi carrera”, aseguró. El choque además dejó dos lesionados, Sastre y Green, mientras que Dubljevic aguantó como pudo los últimos minutos con muchos problemas físicos en lo que ha sido el sino de esta campaña.