Levante-EMV

Levante-EMV

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Mendes el bueno

Mendes el bueno

Cuando Mendes estuvo a punto de conquistar la gestión del Valencia a distancia (a distancia de la distancia del propietario Lim, esto es, un poco más cerca) el club empezó a parecernos a todos un ente lejano. Había que hacer como con los coches al aparcar antes de una fiesta: bajarse una app para poder localizarlo más tarde. Mendes y Nuno se hicieron una foto desparramada cuando el agente presentó su libro de memorias. Y ahí ya comenzamos a pensar que el Valencia, sin moverse, era una franquicia a punto de cambiar de ubicación.

Mendes había hundido al Zaragoza, al Deportivo y a no sé quién más. Ah, ¿pero no eran los propios clubes los que se habían disparado al pie con una gestión negligente? Déjate, fue Mendes.

Y tras el delirio, despertamos? y Mendes es el bueno. Mendes ya no hunde, colabora. Mendes ya no intenta imponer a sus jugadores con tara para hacer negocio, ahora es la alianza para poder cerrar operaciones convenientes. ¿Qué ha cambiado?

Tan fraternal es la colaboración de Mendes que hasta ha impulsado una subasta por Cancelo poniendo al Wolverhampton como operador de salida (con Fernando Gómez Colomer empezó todo) para poder empinar su precio y que el Valencia pueda hacer un mejor negocio. Tan amigable es Mendes que se ha tomado como algo personal ser muñidor del regreso de Guedes a Mestalla (paréntesis: es divertido que 40 millones por Cancelo nos parezcan razonables y 50 por Guedes un exceso; ¡ja!).

Debe tener Mendes remordimiento de conciencia por sus dislates, por sus danilos, por haber esparcido jugadores negados de rendimiento imposible. O quizá, qué locura, quizá es que Mendes sigue siendo el mismo (un poderoso intermediario que usa el fútbol como un tablero en beneficio propio) y que los que han cambiado son otros.

La 'única' variación tiene que ver con que ahora el club tiene una decisión deportiva fijada y exigente, no se limita a bailar el agua de los negocios ajenos. Canaliza el mando de Mendes en lugar de absorberlo. La diferencia entre disfrutar de sus ventajas y limitar los daños colaterales. Porque no parece que Mendes haya hundido al Deportivo o al Zaragoza ni aupado al Atlético, al Wolves o al Mónaco, ni que haya hecho con el Valencia ni una cosa ni la contraria.

La enseñanza de que en este caso cuando los negocios quieren ser solo negocios acaban convirtiéndose en una ruina. La trama de repente es una dulce alianza. Ay.

Compartir el artículo

stats