Golden State Warriors se ha proclamado campeón de la NBA, conquistando su tercer anillo en los últimos cuatro años, después de poner el 4-0 ante Cleveland Cavaliers (85-108), mientras que el alero Kevin Durant fue designado MVP de las Finales por segundo año consecutivo en una noche en la que LeBron James confesó que jugó con la mano rota los tres últimos encuentros. De esta manera, los Warriors, campeones también en 2015 y 2017, conquistan el sexto título de la historia de la franquicia, empatando en anillos en el tercer puesto con Chicago Bulls, con Boston Celtics (17) y Los Angeles Lakers (16) a mucha distancia. Mientras, Durant se llevó el galardón de MVP de las Finales.

Los de Steve Kerr fraguaron su cuarto triunfo de la serie final en un espléndido tercer cuarto, después de irse al descanso con nueve puntos de ventaja en el marcador. La resistencia de los Cavs cayó tras el paso por vestuarios, y ni los 23 puntos del alero LeBron James, que confesó que ha jugado la serie con la mano rota, pudieron frenar la sangría. «Fue por mi culpa (...) Estaba muy enfadado, sentí que nos habían arrebatado el partido. Oportunidades como esas, de visitante y ante los Warriors, no se presentan habitualmente. Dejé que mis emociones me superaran y básicamente jugué los tres últimos partidos con la mano rota».