Iborra está a punto de regresar a Leicester, donde empezará la pretemporada con el club inglés para preparar su segunda temporada en la Premier (tiene firmados tres ejercicios más). Le encanta esta competición, aunque menos la ciudad y el clima británico. Marcó tres goles en 19 partidos en su primer curso, pero añora volver al Levante UD. Puchol II está inmerso en plena vorágine de partidas veraniegas de pilota con ganas ya de un par de semanas de vacaciones en Formentera.
¿Qué tipo de deporte hicieron de pequeños?
(Iborra) Como cualquier niño: en el colegio, en la calle, deseando poder tener una pelota de fútbol y divertirme con los amigos. La pilota también me ha atraído mucho: iba con mi tío por los pueblos a ver partidas. Mi hermano estuvo en la escuela de pelota de Foios.
(Puchol) Yo comencé en el club de fútbol de Vinalesa, en el grupo de amigos, a los 8 años, y lo practiqué hasta los 16: jugaba de media punta, ya era alto y me beneficiaba de eso. Ahí ya alternaba la pelota con el fútbol. Hubo una temporada en la que, en la media parte de un partido de fútbol, me cambiaba y me iba a jugar a pelota con las zapatillas llenas todavía de arena del campo de tierra de Vinalesa.
Es de los pocos campos, el de Vinalesa, que quedan de tierra.
¿Qué diferencias hay en su preparación física?
Ellos hacen uso de la parte superior del cuerpo. Nosotros trabajamos más con los pies.
Trabajamos el tren superior, sí, pero también debes tener rapidez de piernas para colocar el cuerpo bien a la hora de golpear la pelota. Son desplazamiento muy cortos; en el fútbol son más largos.
¿Qué referentes tuvieron tanto de pilota como de fútbol?
Cuando yo era pequeño, estaban Genovés, Sarasol I, Sarasol II, Víctor, Oñate, Álvaro... veía las partidas en Punt 2 los domingos. Crecí con esa gente. También gente que no era tan profesional como Víctor de Massalfassar, Víctor de Borbotó, iba con mi tío Salva por los pueblos y me gustaba verlos. Y de fútbol, me gustaba ver muchos partidos, también aficionados. Sobre todo simpatizaba con los valencianos. Después llegué al Levante UD, y lo que me dio este club, no me lo ha dado nadie. Me formó como persona, estuve casi 11 años, y cumplí el sueño de debutar en Primera. Es mi equipo.
¿Le gustaría volver al Levante UD?
Sí, claro, tengo ilusión y, desde el mismo día que salí, ya estaba pensando en volver. Lo tengo en la mente. Será bonito. Ahora es complicado. El club donde estoy (el Leicester) hizo el año pasado un traspaso importante (pagó 14 millones al Sevilla) y el Levante no es un club que a día de hoy pueda tener esa capacidad. Será a medio plazo, pero lo espero con ilusión.
Mi padre era un referente en la pilota, pero también, por edad, Genovés II, Grau... En fútbol, mi ídolo era Mendieta. Yo era del Valencia CF e iba muchas veces a Mestalla, pero al dedicarme al 100% a la pilota tuve la grandísima suerte de que el Villarreal pudiera proporcionarme esa ayuda a través del patrocinio. He podido conocer a la familia del Villarreal y es un orgullo llevar su nombre en la camiseta.
¿Qué le parece que un club de fútbol patrocine la pilota?
A la pilota no se le da todo el valor que merece, y es de agradecer que las empresas aporten todo para que crezca. Es un deporte de nuestra tierra y hay que darle la máxima difusión posible.
¿Cómo ven a España en el Mundial?
España depende mucho de sí misma. Tiene tantas figuras que depende más de su propio estado. Está en sus manos más que en otros equipos.
Italia y Holanda no están y Alemania está eliminada. Vamos a disfrutar de una eliminatoria contra Rusia. Los más autocríticos son los propios jugadores. Lo mejor está por venir. Cada vez las selecciones pequeñas están en un nivel más alto.
¿Cómo ha sido la experiencia en la Liga inglesa?
Es una Liga muy organizada, es un espectáculo con las gradas siempre llenas y las aficiones muy sanas. Y una experiencia cultural. Me ha sorprendido ir a los estadios y ver las aficiones juntas sin ningún problema. Un ambiente supersano, cosa que aquí deberíamos aprender. Y se respeta mucho al jugador: el club, la afición e incluso la prensa.
Y usted, Puchol, ha jugado a pelota en Nueva York.
Una aventura, ir a Nueva York y enfrentarme a Timbo González, el número 1 del One Wall. Acepté porque me gusta salir de la rutina. Fue brutal cómo viven ellos el deporte.
¿La presión del futbolista es muy superior a la del pelotari?
Depende de la persona. A medida que te haces mayor, lo ves todo de otra manera; cuando eres niño y pierdes, solo te preocupa el fútbol. Después tienes familia y hay otras cosas más importantes. La clave es tomarse el deporte para disfrutar.
¿Jugar en Pelayo es equivalente a jugar en Wembley o en Anfield?
Bueno, Pelayo es la Catedral de la Pilota. La presión hay que redirigirla hacia otro lado. Es la tarea del deportista.
¿Qué parte ocupa en el deportista de élite el talento?
El talento viene en la genética. Y el trabajo te hace crecer. La parte mental es muy importante. Si no estás preparado mentalmente, no puedes aprovechar el talento.
Es bueno tener personas al lado que te puedan dar una visión que tú no tengas, aunque tú te veas muy fuerte.
¿Qué retos tienen?
Yo solo pido que me respeten las lesiones. A partir de ahí, todo dependerá de mí, de lo que trabaje y de lo que me sacrifique. El objetivo es crecer como deportista y como persona.
Mantener el nivel, porque se juegan muchísimas partidas al largo del año, para hacer disfrutar a la gente. Y poder atraer a la gente, que vaya más al trinquet. La llegada de À Punt vendrá bien a la difusión.
Lo que no se parecen nada son los sueldos de la pilota y del fútbol.
Qué me vas a contar... bueno ahora somos unos 20 jugadores profesionales: cada uno tiene su contrato y sus patrocinadores y jugamos para una Fundación.
¿La Premier paga tan bien como dicen?
Si no, no me hubiera ido (risas). A ver, si te tomas el deporte como algo que debe retornarte unos beneficios económicos, no lo disfrutas del todo. Me gustaría mantener esa inocencia y esa ilusión que tienes cuando eres pequeño, cuando no eres nadie y quieres conseguir los sueños. Es la esencia del fútbol que se pierde por los intereses.
Eso es my complicado. Son debates internos que se plantea uno. Tengo 26 años, son muchos años, muchas partidas y más que ganar un Individual o un Mundial, que ya lo he hecho, siempre buscas la motivación que te lleve a disfrutar del deporte.
¿Y no piensa en la partida perfecta?
No, cuando mejor juego es cuando disfruto, y cuando pego un bajón pienso ¡¿estaré aburrido?' o '¿me habré cansado?'. Es una cosa a la que un deportista tiene miedo.
Es una pelea interna para tomarte el deporte como siempre te ha gustado.
¿Qué les gustaría hacer cuando se retiren?
Dedicarme al fútbol seguro. Me he planteado ser entrenador y director deportivo, pero algo ligado al deporte.
Utilizo los años de profesional para formarme: he acabado la carrera de Ciencias de la Actividad Física y el Deporte, y quiero que esté ligado a la pilota.
