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Atletismo

Positivo por un error administrativo

La atleta popular Carmen Pérez consigue la anulación de una sanción por dopaje tras la incompetencia institucional

Positivo por un error administrativo

El pasado 26 de abril, la Federación Internacional de Atletidsmo (IAAF) hizo público un listado de corredores que habían dado positivo por dopaje y sus pertinentes sanciones. Una de las sancionadas era Carmen María Pérez Serrano, atleta valenciana de 36 años. Le cayó un castigo de 2 años por un positivo en un diurético, que Carmen toma puntualmente para drenar un neuroma de Morton, un engrosamiento del tejido que rodea el nervio que se extiende a los dedos del pie. El control fue el 27 de junio, tras disputar los 100 kilómetros de Santander. No se enteró hasta 10 meses después, producto de un error administrativo de la AEPSAD (Agencia Española de Protección de la Salud en el Deporte), lo que no le permitió justificar la toma de una sustancia que no mejora el rendimiento deportivo. Más bien lo contrario: los diuréticos deshidratan. Está prohibido, es cierto, pero en muchos casos puede ser justificado. El viernes, tras un calvario de casi un año, con muchas noches de insomnios, insultos por parte de alguna corredora rencorosa («te voy a escupir en la cara por haberme robado podios», asegura que le dijo) y malas caras a su familia por las calles de San Juan (una pedanía de Requena), todo quedó solucionado. La sanción ha sido anulada.

Más que un error, la gestión del caso por parte de la AEPSAD «demuestra una falta de profesionalidad». «Se supone que en septiembre yo debería haber recibido una carta certificada del resultado del análisis. Pero esa carta nunca llegó a la dirección correcta. La enviaban al número 37 de mi calle, y yo vivo en el 38», explica Carmen. En vez de tratar de ponerse en contacto con ella por otras vías, la AEPSAD «decidió probar a enviar las cartas al número 137, a ver si así acertaban», añade todavía incrédula la atleta popular, una todoterreno que igual corre una 5K que una ultramaratón.

Visto que Carmen no contestaba a las cartas, la sanción salió publicada en el BOE el pasado diciembre. Sin embargo, Carmen todavía no había recibido notificación alguna. El 6 de marzo se hizo público el castigo por parte de la IAAF, y no fue hasta el 27 de abril cuando Carmen conoció la noticia por parte de la federación española (RFEA). Una situación rocambolesca, teniendo en cuenta que la corredora valenciana corrió en marzo una prueba en París en la que, por cierto, fue sometida a un control antidoping. Dio negativo.

«Yo tomo una pastilla de Seguril 3 o 4 veces al año. Yo soy responsable de no saber que contiene una sustancia prohibida, pero el problema es que, al no llegarme las cartas, no pude justificarlo con un informe médico. Es lo que he hecho ahora, y por eso ahora me han anulado la sanción».

«Tras hablar con el Consejo Superior de Deportes, tuve que presentar un recurso al Tribunal Administrativo del Deporte. Me dijeron que tenían sobre la mesa dos casos iguales, lo que demuestra la falta de seriedad en estas cosas. Soy una atleta popular y no puedo pagarme un abogado, así que lo redacté yo», explica Carmen, que ha visto cómo se ha hecho justicia después de casi un año horrible.

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