La elección a la presidencia de la federación valenciana de fútbol es un proceso sinuoso. No se trata precisamente de una persona, un voto. A a finales de este mes, los dos candidatos presentarán a sus asambleístas, cada uno el máximo número posible. Y entonces, los 30.000 censados en el fútbol valenciano (jugadores, entrenadores, árbitros y directivos) votarán a 120 de estos asambleístas. Finalmente, estos representantes elegirán al nuevo presidente en el mes de octubre.
P Salvador Gomar, que está en la comisión gestora, ¿está imcumpliendo la ley?
R A raíz de moverme para ver gente que pudiera ser asambleísta para las próximas elecciones a la presidencia de la federación, he visto que hay trabajadores de la federación que están llamando y haciendo campaña a favor de Gomar, pidiéndoles el voto o que sean sus asambleístas. Y eso está prohibido.
P Por lo mismo inhabilitaron a Villar de la federación española.
R He de plantearme hacer una reclamación a la junta electoral. Lo ideal es que Salva dimita de la comisión gestora y haga la campaña desde fuera. Voy a poner mucho énfasis en que se cumpla la ley. Hay que elegir 120 asambleístas repartidos entre clubes (el 50%), jugadores (30), árbitros (13) y entrenadores (7). Y, al mismo tiempo, eso se reparte entre las licencias que tengan Alicante, València y Castelló. València, con más licencias, tiene un porcentaje mayor; después va Alicante y finalmente Castelló.
P Mucha gente no sabe que puede votar a los asambleístas que después elegirán al presidente.
R Han sido 32 años de Muñoz al frente y han tenido las elecciones controladas. La sorpresa es que vas a hablar con clubes y te encuentras con que no tienen información.
P ¿Quién puede votar?
R Todo el mundo que esté censado (unas 30.000 personas). Para votar a los asambleístas, debes ser mayor de 16 años; para ser asambleísta, debes tener 18 años. Un juvenil de 16 años puede votar. Hay censos donde puedes ver que tienen derecho a voto. Y las chicas y entrenadoras, también. El gobierno del Botànic ha hecho varios cambios positivos en la ley: un máximo de 12 años para cualquier presidente federativo; y un mínimo de 40% de mujeres entre los asambleístas. El fútbol femenino tiene una gran importancia en estas elecciones. Hay más mujeres de las que nos parece: equipos de escuelas más humildes. El fútbol femenino tiene la carencia en la base: ahí es donde más puede crecer.
P ¿Coincide con Luis Rubiales [presidente de la federación española] en que hay que establecer un salario mínimo para las futbolistas?
R Sí, claro, el fútbol femenino está creciendo. Hay que intentar que estos partidos con 15.000 personas en los estadios sea algo común.
P ¿Cuál es su baza respecto a Gomar?
R La movilización de clubes, escuelas, jugadores, que no sabían que el fútbol valenciano es suyo. La federación les pertenece a ellos, no a un presidente, estos son los gestores. La federación se mantiene por las licencias de jugadores, de los entrenadores...
P ¿De dónde le viene la ilusión?
R Me he sacado los tres niveles de entrenador aquí en València y comienzas a conocer; le añades los años ligado al fútbol base y la intranquilidad de cómo está funcionando todo. Al raíz del vacío tras la marcha de Muñoz, se abre un periodo nuevo para renovar las ideas.
P ¿Las principales carencias del fútbol valenciano?
R Por ejemplo, en el fútbol base todo el mundo sabe que hay que empezar a hacer unas revisiones médicas serias.
P ¿Eso lo costearía la federación?
R Si se puede desde la federación ayudar económicamente a los clubes, claro que se debe hacer.
P Según Vicente Muñoz, la situación económica de la federación es boyante.
R Pues si es boyante, es difícil de entender cómo es posible que no hayan ayudado más a los clubes. A la federación, ¿qué más le da tener dinero si cada año tiene nuevos ingresos?
P ¿Qué más haría en las canteras?
R Tengo intención de ser duro en ciertas cosas. Quiero acabar con el mercadeo con futbolistas de seis, siete u ocho años. Es una locura lo que está pasando. El fútbol de las escuelas es para educar y formar, y está pasando lo contrario.
P Pero en la cantera en la que usted colabora, L´Amistat, son muy competitivos.
R Una cosa es competir y otra es evitar el mercadeo. Se puede competir desde la enseñaza, desde unos valores, no vale todo. Habrá que evitar que, a ciertas edades, lo más importante sea ganar. Porque al final siempre ganan las escuelas grandes porque tienen a los mejores jugadores. Resulta que, en el curso de entrenadores, estudias unos principios y después, en la práctica, es todo lo contrario. Después hay que abordar el tema familiar. No es normal que un niño de siete años haya estado en tres clubes diferentes. ¿Por qué no pueden entrar ahí las escuelas?, ¿por qué no ser duros con aquellos entrenadores que no son respetuosos con los árbitros?, ¿por qué no se les puede dar fuerza a los árbitros para que suspendan un partido? Todo el mundo habla de la conducta de ciertos familiares, pero nadie lo aborda. La Liga ha abordado los insultos en los estadios. Eso se puede extrapolar al fútbol base. Las escuelas deben saber qué entrenadores tienen.
P ¿Agilizaría los trámites en las licencias de los niños extranjeros?
R Evidentemente, hay que ayudar a los niños que vienen de fuera y viven aquí. Hay que ayudarlos para que puedan competir.
P ¿Qué puede hacer por el fútbol aficionado?
R Se ha ido apagando porque no tiene respuesta económica. Yo he estado de directivo del Pobla Llarga, teníamos un presupuesto de 30.000 y sufríamos para conseguirlos. Hay que ayudar a los clubes a través del precio de las licencias, de los árbitros...
P ¿Qué se puede mejorar en el arbitraje?
R Hay que buscar que los árbitros estén seguros. Hay que pensar que va un chaval joven a un partido, sin experiencia, y sin ayuda del linier. Ellos, en su comité, deben plantear cómo formar mejor al árbitro. Hay pocas licencias y muchos se lo dejan al final de la temporada. Hay que fomentarlo.
P Tenemos un árbitro valenciano internacional, mundialista, Mateu Lahoz.
R Yo, como jugador que ha sido internacional, me hubiese encantado encontrarme con árbitros como Mateu Lahoz, que deja jugar y dialoga.
P ¿Qué puede hacer por el fútbol alicantino y castellonense?
R Hay delegaciones en las dos provincias. Ellos también gestionan. Alicante tiene muchas licencias, es un territorio grande y amplio. Tienen un montón de escuelas y de fútbol femenino. Hay que hablar de vertebrar el fútbol valenciano.
P Si fuera presidente, ¿tendría que dejar de ser embajador de la Liga?
R Creo que no figura ninguna incompatiblidad, pero ya se vería.
P ¿Se pondría sueldo?
R El otro día, hablando con Vicente Muñoz, me dijo que en los primeros años él no lo tenía. Pero quien trabaja y dedica su tiempo, tiene que cobrar, sea secretario o el cargo que sea.
P ¿Cómo se define como entrenador?
R Más que ser entrenador, he colaborado con una escuela en la que está mi hijo. Lo importante es que los niños, que son esponjas, evolucionen.
P ¿Qué margen hay con los entrenadores?
R Es el colectivo que menos representación tiene en la asamblea. Aquí hay un problema: unos se sacan el título a través de la federación y otros a través de Conselleria. El mundo de fútbol, a nivel internacional, no admite los títulos de Conselleria; y al revés: la Generalitat no admite a los que se sacan por el fútbol. Me gustaría unificarlo porque estoy convencido de que se puede.
P ¿Los cursos de entrenador de la federación no son demasiado caros?
R Valorar lo que valen es difícil. 10 o 12 asignatura, profesores, instalaciones, si uno no está dentro, es difícil saberlo. Si son caros, se bajarán.
P ¿Qué echa de menos de su etapa de futbolista?
R Los últimos años míos como profesional fueron complicados desde el punto de vista psicológico, y tenía ganas de retirarme. No echo nada de menos.
P Si llega a ser presidente, ¿cuál sería la primera medida?
R Lo primero es tener tranquilidad. Analizar las cosas con tranquilidad. En la federación hay 63 trabajadores magníficos, se han hecho cosas bien y otras no tanto. Alguien como yo, que no es de la rama federativa de toda la vida, no puede entrar como un elefante en una cacharrería.
P ¿Ha coincido con Rubiales?
R Luis y yo coincidimos no en el mismo equipo, pero sí en la escuela del Valencia. Él vino de Andalucía a jugar al Valencia. Los caminos transcurrieron por separado. Es una relación cordial.
P¿Qué le parece la elección de Luis Enrique como seleccionador de España?
R La categoría deportiva de Luis Enrique está fuera de toda duda. El único problema es que debería tener esa mano izquierda que no ha tenido en los clubes.
P Al reunirse con Vicente Muñoz, ¿qué le dijo?
R Que respetaba mi intención de ser presidente de la federación y que quiere lo mejor para el fútbol valenciano.
P ¿Le gustaría tener una especie de Ciudad del Fútbol de Las Rozas?
R No tanto, pero sí un par de campos y unas instalaciones donde estuviera la sede de la federación. Y no lo que hay ahora disperso: un campo en Alginet, La Forana, que está abandonado, y otro en Picassent, L´Alter.
