Detrás de su sonrisa perenne se esconde un gran sufrimiento, pero para Santi Cazorla verse de nuevo vestido de corto y recibiendo el cariño que ayer sintió en el Estadio de la Cerámica es la mejor medicina. Después de dos años muy difíciles con lesiones y complicaciones, y sin poder dejar de pensar en una prematura retirada, el centrocampista asturiano ha encontrado en el Villarreal CF el mejor lugar para volver a sentirse futbolista.

«Después de dos años de mucho sufrimiento, solo por esto ha merecido la pena», comenzaba diciendo un emocionado Cazorla mientras se dirigía a los cerca de 4.500 aficionados que se dieron cita en el feudo villarrealense para arroparle en su presentación. Un acto mágico, obra del televisivo mago Yunke, y que llevó al menudo futbolista a aparecer por arte de magia en una gran urna de cristal ubicada en el césped del estadio ante el asombro de la grada.

De su boca, agradecimientos y una ilusión desbordante, igual que la que mostró el primer día que pisó ese mismo estadio temporadas atrás. «Voy a intentar volver a mi mejor nivel. No sé si lo podré lograr, pero haré todo lo posible. Os prometo que cada minuto que juegue con esta camiseta lo voy a dar todo», aseguraba.

El futbolista asturiano ha firmado por una temporada con opción a otra.