A 4 días del inicio de la temporada, el entrenador del Valencia CF, Marcelino García Toral, tiene motivos para frotarse las manos. Con la inestimable ayuda del director general, Mateu Alemany, ha conseguido formar una plantilla a su medida y, lo que es igual de trascendente, con un amplio fondo de armario. A la espera de la confirmación del fichaje de Gonçalo Guedes, una pieza fundamental para definir hasta el final su estilo de juego, el Valencia CF transmite la sensación de estar preparado para la exigente temporada que está por llegar, con la Liga, la Liga de Campeones y la Copa del Rey en disputa.
El Trofeo Naranja y los días posteriores han dejado un panorama hermoso para la afición del Valencia CF: un equipo cuajado, fichajes de cierto relumbrón, una gestión sobresaliente, una línea ofensiva potente y rápida para exprimir el contragolpe y un estado de ánimo general en la grada desconocido desde ya no se sabe cuándo. Hay motivos para pensar que la temporada del Centenario puede ser una fiesta, también, dentro del terreno de juego.
Los expertos elogian estos días el equipo que ha armado Marcelino, un conjunto que mantiene la columna vertebral del curso anterior y la ha nutrido con excelentes futbolistas. A eso se suma la ilusión que transmiten los canteranos Ferran Torres y Kangin Lee. Los chavales están locos por la música.
Garantizada la portería con la calidad de Neto y el compromiso de Jaume Doménech, el club ha reforzado el sistema defensivo. La contratación de Diakhaby alimenta las opciones de Marcelino. No se trata, además, de un central cualquiera. Dejó gratas sensaciones en el partido de presentación, en el que jugó toda la segunda parte. El francés intimida con su envergadura (1,92 metros de estatura), juega con criterio la pelota y domina el juego aéreo. Con 21 años, además, tiene mucho margen de mejora. No se incorpora para ser titular, en principio, porque Marcelino lo tiene bastante claro: la Garay-Gabriel Paulista ya tiene recorrido y está bien compenetrada. A ellos se une Murillo, que pasó a un segundo plano a mitad de la temporada pasada pese a evidenciar su talento como central.
El fichaje de Piccini, que ocupa el lugar de Martín Montoya, alimenta el poder del Valencia CF por las bandas. Es un lateral derecho con más habilidad para transportar la pelota hasta la línea de fondo, más hábil en el regate, más completo en general. La única duda que deja la plantilla, precisamente, está en ese puesto. El entrenador confía en Vezo para el relevo, incluso en el canterano Javi Giménez, sin descontar a Wass, un futbolista polivalente que ya desempeñó puntualmente esa función en el Celta. Mientras, Gayà avala la banda izquierda, con el voluntarioso Lato de recambio natural.
El centro del campo ha ganado peso. A la extraordinaria pareja (Kondogbia-Parejo) de mediocentros del Valencia CF se une Wass, pura polivalencia y certero remate desde la distancia. Marcelino dispondrá pronto, también, de Coquelin, un futbolista completo, otro todoterreno, que asombró a Mestalla hasta el día de su lesión. Falta por ver la adaptación de Racic, otro mediocentro corpulento. Y, por supuesto, está Carlos Soler, a quien hay que apuntarlo como interior derecho. Ferran Torres es su sustituto natural, o no, porque hay alternativas. Como la de Wass, por ejemplo. O cualquiera de los delanteros en casos puntuales. En la izquierda todo el mundo cuenta con Guedes, empezando por Marcelino, y con Cheryshev, considerado como un refuerzo de lujo más que otra cosa.
Las grandes novedades del Valencia CF se centran en la delantera, donde aún puede haber novedades si el club finalmente aceptase una millonaria oferta del Real Madrid. La continuidad del hispano-brasileño ofrecería más garantías, es cierto, pero Marcelino ya dispone de un ataque verticalísimo y con mucha dinamita. Gameiro y Batshuayi serán los titulares si Rodrigo se marcha, con Santi Mina compitiendo continuamente por el puesto. Si Rodrigo continúa, la artillería es de un calibre colosal.
