Santi Cazorla se reencontró con el fútbol este sábado en La Cerámica tras casi dos años sin jugar, en un encuentro que a nivel personal le dejó buenas sensaciones, pero también el sabor amargo de la derrota, ya que el Villarreal perdió por 1-2 ante la Real Sociedad.

Seis años después de despedirse del club que considera su casa y tras un calvario de lesiones, el jugador explicó que el resultado fue «una pena» porque su equipo mereció no perder, pero también valoró como «especial y emocionante» su regreso. El futbolista señaló que la primera emoción le llegó cuando supo que iba a estar en el equipo y también que justo antes de empezar le pasaron por la mente muchos recuerdos. «Uno está contento por poder ayudar al equipo, por estar ahí tras haberlo pasado mal estos dos últimos años. Estoy con ganas de poder ayudar. La idea es seguir mejorando. Para ser el primer partido y después de tanto tiempo sin jugar, no ha estado mal», dijo.