El pasado sábado asistimos a una nueva exitosa edición del XXXIX Gran Fondo Internacional de Siete Aguas. Es un hecho excepcional que un pueblo de montaña de apenas 1.100 habitantes haya conseguido celebrar una carrera así y consolidarla en el tiempo. Se trata de un logro colectivo del que sus habitantes, organizadores y el conjunto de los valencianos nos podemos sentir muy orgullosos. El impacto social, turístico y económico de este evento ha sido mayúsculo. Si reconocemos que el pilotari Genovés jugó un papel enorme en la dignificación y popularización del joc de pilota otro tanto podemos decir del Gran Fondo Internacional de Siete Aguas y el running.

Para entender este fenómeno es preceptivo buscar en sus orígenes y aquí vemos cómo sus fundadores la Asociación para la Cultura Popular en Siete Aguas de la que formaba parte Santiago Mas, alcalde de la localidad, fueron los pioneros en concebir el deporte al servicio del ciudadano y como una fiesta. Organizaron el primer trail (1979), carreras y desfiles infantiles (1980) y los primeros keniatas que compitieron en suelo valenciano, lo hicieron aquí. Basta recordar las victorias de Kipkoech en 1989 y el mítico Ngugi en 1990. Al portugués Fernando Mamede le comunicaron que le habían batido su récord del mundo de 10.000 precisamente estando compitiendo en Siete Aguas. ¿Qué tiene Siete Aguas que no tengan otras carreras? La dureza de su recorrido se mezcla con la atmósfera mágica que se genera con la simbiosis e identificación entre corredores, pueblo y veraneantes. Hay un dato sumamente interesante sobre el que reparar. Si la maratón son 42km 195 metros, el Gran Fondo de Siete Aguas son 15km 150 metros. Este matiz nos da cuenta de que estamos ante una carrera diferente, que todo corredor popular o de montaña debe correr al menos una vez en su vida.

Además, en la presente edición, entre las actividades culturales paralelas, hubo charlas, feria solidaria y debates sobresaliendo la figura de David Casinos, padrino de esta edición. También está expuesta la exposición Territori Valencià, Territori Runner, producida recientemente por el área de Proyección Territorial y Sociedad de la Universitat de València que se puede visitar en el Salón de Actos del Ayuntamiento de la localidad hasta el próximo 31 de agosto y que supone un homenaje a esta carrera y su dimensión simbólica. Sin lugar a dudas Siete Aguas es el santuario del atletismo popular valenciano.