La figura de Paco Alcácer (Torrent, 30/8/1993), vuelve a cobrar especial relevancia en vísperas de un Valencia-Barça. Esta vez no es por el hecho ser blanco de las iras de la afición de Mestalla el próximo domingo, sino por su regreso a la selección de la mano de Luis Enrique. Alcácer, que a sus 25 años ha recuperado su mejor versión en el Borussia Dortmund marcando 4 goles en 4 partidos, el último ante el Mónaco en Champions, vuelve a un equipo nacional en el que debutó a los 20 años de la bendecido Del Bosque.
Paco Alcácer ha recuperado la confianza perdida y se ha convertido en la sensación de la Bundesliga. El delantero del Dortmund se ha reivindicado como goleador tras dos discretas temporadas en el Barça. Al valenciano le ha venido muy bien el cambio y la rompe en Alemania. El pasado verano, el futbolista puso rumbo al Iduna Park cedido por el Barça, una temporada con opción de compra de 23 millones, con el objetivo de reivindicarse. Y a fe que lo ha hecho.
Alcácer ha encontrado en Dortmund un refugio en el que aislarse de todas las críticas y burlas sufridas desde que abandonó el Valencia CF.
Traspasado en el verano de 2016 al Barça a cambio de 30 millones de euros, pese a que la entonces presidenta del club de Mestalla, Layhoon Chan, negara ante las peñas valencianistas la venta, el jugador fue blanco de las iras de la afición debido a una campaña de desprestigio organizada desde la propia entidad.
Tras conocer que Peter Lim había tomado la decisión de venderlo (el magnate singapurés decidió el traspaso en una reunión celebrada en Barcelona), Alcácer pidió que aceptaran la propuesta culé que le ofrecía un contrato de 5 temporadas y fijaba su cláusula de rescisión de 100 millones de euros. Y la campaña orquestada en su contra se puso en marcha. A Alcácer no le dejaron ni despedirse, pese a que el club tenía una carta del propio futbolista que nunca se llegó a publicar. El futbolista se tuvo que escuchar en tono burlesco que era un «comepipas» de banquillo.
No lo tuvo fácil Alcácer en Barcelona. Le costó encontrar su sitio en un equipo el que figuraban tres de los mejores delanteros del mundo: Messi, Neymar y Luis Suárez. Tardó cuarto meses en marcar su primer gol, llegaba de hacer 15 ese pasado curso en el Valencia CF, y los peores momentos los pasó cuando regresó a Mestalla debido a una parte de la afición que le gritó aquello de «Alcácer, canalla, fuera de Mestalla». Su rendimiento en Barcelona cotizó a la baja hasta que su nombre entró en una lista de transferibles y se optó por su cesión.
