Claudio Chiapucci pasó ayer diversos exámenes físicos en el Hospital Vithas Nisa 9 de Octubre, cuyos resultados fueron aptos para un esfuerzo como el que realizará este viernes en el duelo con Ricardo Ten en La Marina y el sábado junto a 2.500 cicloturistas.

Vuelve a València un año después, pero ahora coincidirá con Miguel Indurain, su eterno rival.

Cada reencuentro con Miguel es bueno, todos nos conocen por nuestra rivalidad en el Giro y en el Tour, y es muy bello ver que a la gente le gusta vernos de nuevo. Pero cuando estamos juntos nos picamos siempre, lo llevamos en el corazón, es normal. Si él ataca, yo le sigo; si yo ataco, él me sigue. El duelo sigue entre nosotros. A la gente le gusta y lo aprecia. Nos sienten como símbolos de una etapa histórica del ciclismo, años en los que la gente vibraba.

¿El ciclismo le debe algo?

El momento más importante siempre ha sido el Tour, pero ha coincidido con las cinco victorias de Miguel. Desde el momento en el que nos hemos encontrado siempre pensábamos en ganar, y por eso la mejor historia para mí era atacar de muy lejos y tratar de dejarlo solo sin el equipo. Era la única manera.

¿Igual que la inolvidable etapa entre Saint Gervais y Sestrieres en el Tour de 1992?

Sí, exactamente, pero esa etapa salió de forma natural, no sabía cómo iba a salir. Llegar a Italia era muy importante para mí, salí delante para no perder ni un momento, entré en la fuga y muy pronto ya estaba solo en la escapada. Para mí era normal porque tenía que pelear el maillot de la montaña, pero después de 90 km estaba solo. La etapa era de 250 km, es una de las que me acuerdo especialmente.

En 1990 acarició su primer Tour pero en la contrarreloj Lemond se lo arrebató...

Era la primera vez que tuve el maillot de líder, y no tenía un equipo preparado para eso. Me pasó muy cerca la victoria de este Tour, pero estaba corriendo con lo que tenía, tuve un poco de mala suerte, inexperiencia, una contrarreloj que en mi época me perjudicaban porque había muchas y muy largas. Sin crono podría haber ganado.

¿Siente que estuvo más cerca de ganar un Tour o un Giro?

El Tour más cerca. En el 92 lo hice bien, a pesar de esa etapa que Miguel estuvo fuera, pero tuvo suerte de tener un compañero.

¿Disfruta de las marchas?

Me gusta continuar compitiendo, porque la bici me da mucha pasión, no es solo el trabajo. Me encuentro bien. Ahora descanso más, antes era llegar y ganar.

Fue segundo en un Mundial, con 35 años. Valverde lo acaba de ganar con 38 años....

Ahora se puede correr hasta bien entrados los 40, y antes a los 35 ya estabas cansado física y mentalmente. La trayectoria de Valverde ha sido una de las más importantes de la última década.

¿Le hubiera gustado correr en esta época?

La diferencia es que muchas carreras son pequeñas pero hay muchos puertos. Antes había etapas con muchos puertos en carreras largas, pero muchas menos etapas difíciles como ahora.

¿El ciclismo actual es menos emocionante ?

Sí, por supuesto. Yo en la televisión algunas veces a la hora de carrera me duermo. No hay la competición de antes, que no sabías qué iba a pasar. Ataques como los míos eran impredecibles. Ahora es todo previsible.

¿Qué plantearía para recuperar aquella emoción?

No me gusta el pinganillo, si pudiera decidir los eliminaría.

¿El ciclismo ahora está más limpio respecto al dopaje?

Es difícil, nadie se pensaba que Armstrong? Y lo que hemos visto después, durante casi diez años? Todo es posible, pero no se puede saber. El tema de dopaje pasa donde no se ve y no se sabe.

¿ Entendió el indulto de la UCI a Chris Froome?

No me gustó porque otros ciclistas han pasado por lo mismo y han tenido una sanción, y Froome no. Ahora no comprendo por qué si él puede hacer eso porque tiene dinero, pero la ley es igual para todos, y para Froome no ha sido igual.

¿Qué le parece la Marcha Ciudad de València?

Conozco a Javier Castellar muchos años, sabe organizar muy bien las cosas porque lo hace todo muy profesional.

¿Qué sabe de Ricardo Ten?

Sé que ha sido nadador paralímpico, con muy notables éxitos, y ahora ciclista, también con medallas en Mundiales. Sé que está más concentrado que yo, porque para él es un duelo importante. Tiene una oportunidad de demostrar cuánto vale, se entrena mucho, está muy preparado. Va a ser muy duro un duelo así.

¿Le siguen llamando «el Diablo»?

Todo el mundo me llama así y cuando me llaman por mi nombre a veces no me reconozco. Hay muchos Claudio (ríe), pero «Diablo» solo hay uno.