La Fonteta vio por fin a ganar a equipo en liga. Pese a la amplitud del marcador, el duelo no fue tan meridiano para los valencianos, que durante gran parte del encuentro volvieron a manifestar irregularidad, principalmente en la dirección del equipo, en el que sobre todo Vives no estuvo nada bien. La calidad de Dubljevic y los puntos finales de Will Thomas, Matt Thomas, unidos a los triples de Van Rossom, cuarto ya en la historia del club en Liga Endesa, liquidaron al Fuenlabrada. Triunfo importante y que debe ayudar aunque siendo conscientes de que hay mucho por mejorar.

Encuentro a fogonazos

El comienzo del encuentro fue alentador para el Valencia Basket, que con un gran acierto por dentro y desde el perímetro obligó a Néstor García, técnico visitante, a pedir su primer tiempo muerto (11-3). Reaccionaron los madrileños aprovechando que los «taronja» perdieron el ritmo del encuentro con una dirección errática que provocaron malos ataques y pérdidas de balón (13-13). El Fuenlabrada siguió en su línea ascendente hasta ponerse por delante en el marcador (19-20). En un momento de ciertas dudas en la cancha, el talento individual de Dubljevic, Labeyrie o Matt Thomas, junto a los tiros libres, permitieron al Valencia Basket recobrar la iniciativa en el juego y también en el marcador para llegar al descanso por delante (39-32).

Dubljevic tomó la manija del conjunto «taronja» tras el paso por los vestuarios. El montenegrino, ayudado por Will Thomas, disparó a los de Ponsarnau en el marcador con la sensación de que el encuentro podía romperse de manera definitiva (55-41). No fue así, el Fuenlabrada se aferró a su mentalidad para reengancharse al duelo y llegar con vida al último cuarto tras un triple de Bellas (55-49). De nuevo con algunas dudas, Van Rossom se encargó de disiparlas. El belga, que había dado el susto con un golpe en la rodilla en una jugada fortuita, anotó tres triples consecutivos que finiquitaron el partido (72-53). Con todo resuelto, Jaume Ponsarnau optó por dar entrada en el choque al hasta ese momento inédito Sergi García. Quizás su incorporación debió haberse producido antes tras el pobre partido de Vives. El balear tuvo tiempo para anotar y dar un ritmo más alto a los valencianos. Fruto de su ímpetu, y con ganas de reivindicarse fue víctima de una fea falta de Cruz en la última jugada del encuentro que no tuvo consecuencias. Galarza dispuso de cinco segundos para ser parte del primer triunfo liguero en casa de la temporada.