El suizo Roger Federer puede seguir aspirando a su séptimo título en las Nitto Finales ATP, tras derrotar este martes al austríaco Dominic Thiem por 6-2 y 6-3, mientras que Kevin Anderson tiene fundadas esperanzas en convertirse en el primer surafricano en lograr las semifinales al vencer al japonés Kei Nishikori, por 6-0 y 6-1.

Después de tres días de competición todavía falta un gran partido en el O2, con tres sets en disputa, pero el que hoy enfrentó a Federer y a Thiem tuvo la pasión necesaria porque el suizo, hombre récord del torneo podía quedar a las puertas de la eliminación.

Federer tranquilizó a sus seguidores, que de nuevo llenaron este magnífico escenario a orillas del Támesis para verle, y que jalearon su nombre en cada punto, como si el de Basilea necesitara un apoyo extra.

Ante uno de los pocos jugadores que tienen un balance positivo contra él (2-1 antes de este partido), Federer saltó a la pista dispuesto a enmendar su derrota del domingo contra el japonés Kei Nishikori, que había puesto en peligro su continuidad en este torneo que ha ganado seis veces.

El suizo había cancelado su entrenamiento de este lunes en Queen's y las alertas sonaron en Londres. Pero este martes volvió a la carga para lograr su primera victoria en la primera fase, y de paso aumentar la tensión en este grupo, ya que si Thiem le hubiera ganado hoy, ya habría un primer semifinalista: Kevin Anderson.

Así, todo se decidirá el jueves con los duelos entre Federer y Anderson que se jugarán el puesto de número uno y Thiem-Nishikori.

Thiem, finalista de Roland Garros, salió encogido ante la posibilidad de ser el verdugo y el jugador en echar a Federer de esta competición. Falló en demasía y su brillante revés a una mano lució demasiado poco. Su volea tampoco le acompañó, con fallos a pocos centímetros de la red, y agobiado por la velocidad del suizo se vio dominado en todo el encuentro.

Federer se despegó a partir del quinto juego del primer set, para enhebrar cinco seguidos, y ganar el partido en una hora y minutos, igualando 2-2 en su balance con el austríaco, su verdugo en Stuttgart y Roma hace dos años, pero ante el que se rindió en Brisbane, también en 2016.

En su agenda del partido quedó una magnífica ejecución al saque, con el que únicamente perdió seis puntos, 30 ganadores y solo 11 errores no forzados. Para Thiem, su desastre se vio reflejado con 34 fallos no buscados.

Antes, Kevin Anderson continuó haciendo estragos al imponerse al japonés Kei Nishikori cediendo un solo juego en 64 minutos.

Lleva ya dos partidos ganados el jugador de Johannesburgo, que todavía no sabe lo que es afrontar una bola de rotura, y que hoy contra el japonés jugó a su antojo combinando un gran servicio con restos demoledores.

Nunca en su carrera Nishikori había encajado "una bicicleta", como se conoce en el argot tenístico un doble 6-0, pero en el O2 londinense estuvo muy cerca de ello. Perdido y sin rumbo necesitó 61 minutos para salvar su honor y llevar a su casillero su primer juego, cuando llevaba ya un parcial de 11-0 en contra.

Su peor resultado en el circuito se había dado contra Robin Soderling en el torneo de Estocolmo en 2008, cuando el sueco se impuso por 6-1 y 6-0. Diez años después volvió a sentir en su piel tal escarmiento sobre una pista.

En el noveno duelo entre Anderson y Nishikori, el finalista en Wimbledon este año se mostró sólido como en su victoria ante Thiem el domingo, implacable al servicio (10 saques directos) y eficaz desde el fondo de la pista (solo 12 errores no forzados).

Nishikori, verdugo de Federer en dos sets hace dos días, no fue una sombra de la precisión que mostró entonces contra el suizo. Solo fue capaz de ganar una vez su saque (lo cedió en cinco ocasiones) y cometió 24 errores no forzados.

Nishikori no cedía un parcial por 6-0 desde que el austríaco Dominic Thiem le derrotó en los octavos de Roland Garros este año (6-2, 6-0, 5-7 y 6-4). En ese mismo escenario, pero el año anterior, el coreano Hyeon Chung (7-5, 6-4, 6-7, 0-6, 6-4) y luego el español Fernando Verdasco (0-6, 6-4, 6-4 y 6-0), también endosaron un 'rosco' al jugador de Shimane, pero el japonés logró seguir adelante.