Los hechos son claros. Las dos victorias conseguidas ante el Manresa y Turk Telekom ha demostrado que fueron una bomba de humo. El duro traspiés sufrido hace unas semanas en Vitoria ayer fue superado en Tenerife con creces y ha dejado cristalino que el equipo no ha mejorado. Todo lo contrario, ha involucionado. Y no solo fue en aspectos tácticos, sino también en mentalidad, intensidad y deseo.

El Valencia Basket no había perdido por 34 puntos desde 2004 en la Liga Endesa y ahora sí, los argumentos se han acabado. Jaume Ponsarnau no solo no ha encontrado aún la tecla sino que se ha visto superado claramente. El equipo sigue sin jugar a nada y lo peor es que se dejó triturar por un Tenerife que, con un motivado Vidorreta en el banquillo, hizo muy grande la herida anotando desde prácticamente todos los sitios ante una indolente e inexistente defensa «taronja».

Solo Dubljevic y Sergi García demostraron algo de arrojo y acierto, porque el resto se perdió en un mar de errores, protestas desesperadas y dudas. Ese es el legado hasta el momento de un bloque no juega a nada y que algunos resultados han tapado hasta el momento. El orgullo quedó también en entredicho porque nadie en la pista tuvo el punto mínimo de agresividad y personalidad, para impedir que los rivales se divirtieran a costa de un Valencia Basket que no respetó a su escudo ni a su afición.

El partido solo duró un cuarto. El descaro de Sergi García dejó a los «taronja» por delante al final del primer acto tras conseguir anotar el equipo valenciano cinco triples (24-27). A partir del segundo período el encuentro se rompió después que el trabajo atrás del Valencia Basket volará en mil pedazos con un parcial de 17-6 en los últimos instantes antes de la primera mitad (50-40). El tercer cuarto y en una situación muy compleja terminó por confirmar el hundimiento de Jaume Ponsarnau y sus jugadores, que encajaron un duro 31-18, con canastas de todos los gustos y colores de los de Vidorreta y que pusieron el electrónico en unos registros totalmente insalvables (81-58).

El tramo final del encuentro fue una penitencia absoluta. El Tenerife se dedicó a contentar a su grada y el Valencia Basket absorbía una y otra vez los golpes sin dar señales de alma ni coraje. Derrota muy dura y que dejará consecuencias.

Reunión inminente

El Valencia Basket tiene previsto analizar la situación deportiva tras la dura derrota en Tenerife, que ha confirmado que el equipo va a la deriva y sobre todo sin hechos positivos a los que aferrarse. El club es sabedor que este encuentro no puede caer en saco roto y que urge tomar medidas de manera inminente.

El Valencia Basket viajará a Belgrado el próximo martes para jugar ante el Partizan. Jaume Ponsarnau y su futuro están más en entredicho que nunca.