El Ontinyent tropezó ayer en casa (0-2) al caer ante el Ebro, rival del Valencia CF en la Copa del Rey, tras acusar su falta de puntería y de pegada durante los noventa minutos. Los de Vicente Parras no jugaron un mal encuentro ante un CD Ebro que ofreció una buena imagen.

La primera mitad resultó atractiva. Fue jugada de poder a poder con constantes alternativas en ambas porterías. Es cierto que el Ontinyent fue el equipo que más buscó el marco rival, consciente de que si se adelantaba en el marcador tenía mucho ganado, pero el Ebro tampoco llegó a El Clariano con la intención de encerrarse en su área sino que también buscó aproximarse a la portería de Craviotto. Fue la defensa, quizás, la línea más floja de los aragoneses, pero aún así, tampoco el Ontinyent estuvo acertado a la hora del remate. Y eso que ocasiones las tuvo.

En la reanudación, el Ebro aprovechó un rechace de la defensa del Ontinyent en una falta al área, para adelantarse en el marcador por medio de Sandro. El centrocampista aragonés mandó un potente disparo sin que Craviotto pudiera hacer nada. Un golazo.

El gol hizo despertar al Ontinyent. Los de Vicente Parras, que movió el banquillo buscando mayor profundidad, comenzaron a adueñarse todavía más del balón y a buscar el marco de Salva. El técnico había metido a toda la artillería en el campo (Tito Malagón, David Torres y Javi Zarzo), ante un Ebro que comenzó a replegar velas.

En los instantes finales de partido, los de Parras buscaron la envergadura de David Torres en el área, mientras que el Ebro buscaba sentenciar al contragolpe. Fue precisamente en una de estas jugadas cuando Cortés marcó el segundo y definitivo tanto.