Levante-EMV

Levante-EMV

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Entrevista

Óscar Cano: "El objetivo es perder el miedo a jugar"

No ha terminado la primera vuelta y el CD Castellón, colista del grupo III de Segunda División B ya ha tenido tres entrenadores. Acumula 35 en lo que va de siglo. Desde 1991, sólo tres han completado una temporada. Al convulso Castalia llega Óscar Cano

Óscar Cano: "El objetivo es perder el miedo a jugar"

El Castellón es colista y terminará 2018 en zona de descenso. Evitar el descalabro es la misión primera de Óscar Cano Moreno, un granadino de 46 años que acumula más de 200 partidos entre Segunda y Segunda División B. El nuevo entrenador del Castellón tiene discurso de sobra y no deja indiferente. La charla de media hora se hace corta y uno acaba con ganas y curiosidad por ver cómo avanzará el equipo por el campeonato.

P ¿Cuál es su primer recuerdo futbolístico?

R De niño recuerdo estar siempre jugando. En primer lugar porque era casi lo único que podíamos hacer en un barrio humilde, en el Parque Nueva Granada, en el que la propia construcción de bloques de pisos permitía ese espacio, y una serie de carreteras sin salida que nos dejaban jugar sin que nadie nos molestase. Recuerdo estar de verdad por vez primera identificado con algo, a través del fútbol. En la juventud y adolescencia, a partir de ver el Barça de Cruyff, casi en procesión íbamos todos a ver los partidos. Compartía tiempo y vida con muchos gitanos y se hicieron adeptos a ese fútbol. Empecé a soñar. Me hice jugador. Llegué hasta Tercera con un ascenso a Segunda B con el Guadix, pero no tenía vocación de entrenador.

P Hábleme del barrio.

R El barrio era fantástico. Para mí lo era aún más porque salté sus límites. Mi abuela materna vivía en un barrio todavía más humilde, difícil y conflictivo, el Polígono Cartuja. No sé por qué, pero ese sitio me llenaba. Me enamoré de aquel entorno y vivía a caballo entre las dos casas. El barrio era lo que te permitía ser tú. Ese tipo de sociedades ya no existen. Se han difuminado en el universo actual. No sé quién me ha educado, porque era el barrio entero el que te educaba. Ibas a comer con el vecino, convivías con todos, no era una ciudad dormitorio sino una escuela de interacción y cooperación para salir de situaciones difíciles. Y a nivel creativo era una pasada. Tengo 46 años, y ahora ya no, pero entonces existía la posibilidad de subirte a los árboles y de robar, de robar de manera sana, ir al huerto a coger merienda, ir al cortijo de uno a tirar piedras.

P Eso de robar de manera sana me ha gustado.

R Hay robos que deberían ser legales (risas). Ahora te roban y encima les votas.

P ¿Había algún precedente futbolístico en la familia?

R Mi abuela. Era del Athletic y era la que realmente estaba enamorada del fútbol. El resto no. Mi abuela y el barrio en general, que era muy futbolero. Mi abuela incluso me convencía de ver partidos que yo no quería ver. Creo también que el origen de mi pasión es ver jugar a aquellos gitanos al fútbol tan bien. Pienso que jamás veré jugar tan bien al fútbol como a esa gente, en una placeta, ayudándose con las paredes, las cosas que hacían. Los humildes comíamos bocatas de atún con tomate, y a aquellos no se les caía ni una miga, mientras regateaban, mientras hacían cosas de las suyas, de maestros de la creatividad y del arte.

P ¿Y el salto al banquillo?

R Estábamos en la plaza. En verano no había aire acondicionado y bajábamos a los bancos con los bocatas y se nos hacía de madrugada hablando de nuestras cosas. Una noche vinieron dos conocidos que necesitaban un entrenador para un equipo alevín. Los escuché de lejos y me dio tiempo a preparar la respuesta: «Si queréis os los entretengo». No me sentía entrenador, pero al segundo día de estar con ellos veías que se peinaban como tú, que las madres te pedían que les ordenaras merendar fruta, porque te hacían caso. Se despertó un sentimiento de responsabilidad hacia ellos. A partir de ahí fui construyendo una metodología basada en mi experiencia y tuve mucha suerte, ganamos el campeonato de Andalucía, siendo de un pequeño barrio. Luego todo se precipitó.

P Su nombre se asocia a una manera de jugar determinada.

R De niño hubo una persona decisiva. Un entrenador y escritor, Jesús Amaya. Decía que le recordaba a Cardeñosa. Yo era un centrocampista de poco físico, me las tenía que ingeniar para jugar, recibir con ventaja, ganar espacios contra futbolistas más altos y fuertes. Me construí así por mis limitaciones físicas, porque también era lento y necesitaba ganar tiempo con otros recursos. A partir de ahí, cuando llega Cruyff veo que aquel Barça hacía lo que a mí me gustaba. Ese puede ser el origen. Luego vas conociendo gente y pasa el tiempo y ves de quién eres amigo: Paco Seirul·lo, dueño de la metodología del Barça; Juanma Lillo un referente, auténtico olvidado, pero los que sabemos su historia tenemos muy presente quién nos contó hace 20 años qué se podía hacer en el fútbol español, lo que luego se hizo. Del telón hacia adentro todos reconocen quién es el que realmente provocó toda esa explosión de ideas y fue Lillo. Tampoco quiero que se me asocie con algo que no soy. No tengo un excesivo talento. Soy un trabajador pasivo. Yo era un fatiga de esto, trabajaba muchísimo hasta que vi que muchas cosas que hacía no generaban nada ni en mí ni en los jugadores. Me dediqué a trabajar como trabajan los vagos. Pensando mucho, reflexionando lo que tengo que hacer. A veces entrenando parece que estoy ausente, pero es que algo ha conectado en mi cerebro que pienso que va a recorrer un camino que me va a llevar a establecer algo lógico para que el equipo pueda jugar.

P Le llaman filósofo.

R También me llaman poeta y yo no escribo poesía. Ojalá fuese. No tengo capacidad ni de ser poeta ni de ser filósofo. Por eso entreno y escribo de fútbol. Lo dicen como insulto, es curioso. Es como si un abogado escribiera sobre su profesión y le insultaran.

P ¿Cuántas veces le han dicho que en Segunda B no se puede jugar como a usted le gusta jugar?

R Muchas, y en parte tienen razón, que es lo gracioso. Pero me explico, porque a esto no se puede jugar como dice un entrenador sino como pueden los jugadores. Mi equipo aquí no puede jugar como la selección de Catar, tan atractivo, o el Ejido cuando estaba, es imposible, porque por donde arrancan todas las conexiones no tenemos ese perfil de centrocampista que permita jugar de esa manera. Habrá que hacerlo de otra, por fuera o con los centrales, ya veremos cómo lo articulamos. Es cierto que he tenido épocas de querer introducir un elefante en un zapato, y es imposible. Ahora sé que hay que jugar como se puede jugar. Se pueden hacer cosas sin querer ser pretenciosos y considerar que podemos jugar como el Barça o el Betis, porque no tenemos esos jugadores.

P Ha escrito sobre el 4-3-3. ¿Piensa que es el mejor dibujo?

R El mejor dibujo te lo indica lo que tú imaginas que son los procedimientos que tratas de llevar a cabo, que tratas de implementar a partir de un dibujo. Yo soy más conceptual, hay dibujos que te ayudan más o menos a que sucedan cosas, pero depende también más de quienes sean esos circulitos que forman el dibujo, cómo se llaman y cómo pueden interactuar. Puede ser una estructura de referencia, pero a medida que avance el tiempo y si se nos permite, porque mandan los resultados, va a ser equipo a nivel estructural muy variable para encontrar en cualquier estructura semejanzas conceptuales. Vamos a tratar de hacer muchas cosas a nivel estructural, de emplazamientos de piezas en el campo que nos permitan que suceda casi siempre todo aquello que queremos que suceda con mayor probabilidad. Hay unos rasgos estables que evidentemente se puedan llevar a cabo, puedan aparecer durante los partidos, y para eso debemos tener en cuenta que el contrario forma parte de nosotros mismos. No es lo mismo que vengan a apretar con dos, con tres, que nos permitan jugar por fuera o dentro. Una serie de cuestiones van a permitir que tengamos la variabilidad necesaria para encontrarnos con esos conceptos de manera habitual.

P ¿Qué le motivó del Castellón?

R Después de mi trayectoria y del paso a los despachos, buscaba una plaza como esta, me ilusiona mucho. Tuve propuesta de continuidad en la Cultural, o ir a Chipre, pero quería algo que me llenara como esto, por lugar, por historia, por afición, y volver a sentirme entrenador

P ¿Qué buscará en el mercado?

R El principal mercado es el que estamos recorriendo ahora. Llegar a un club y ver a los jugadores en un contexto distinto. Por ejemplo, el Ramos lateral en el Madrid con Mourinho era distinto al que jugaba de lateral con la selección. Considero que lo primero es ver qué tenemos nosotros para como nosotros tenemos que jugar. Igual aparecen en los jugadores condiciones que hasta ahora no han mostrado. A partir de ahí, qué duda cabe que me gustaría tener otro tipo de jugador en algunas partes del campo. El equipo tiene mucha energía, pero necesita algo de calma. Está bien construido atrás, pero necesita no precipitarse, saber qué hacer con esa energía de una manera ordenada.

P El Castellón que vio antes de llegar, ¿qué impresión le dio?

R Yo no he visto que al equipo le pase por encima ningún rival. Me he recorrido España, lo he visto en Alicante, contra el Levante B, en Ejea... El equipo no hace el ridículo como puedan hacer equipos en esta situación. A nivel de juego, imagino que los miedos que derivan de no ganar lo ha convertido en un equipo, como admiten los protagonistas, un poco atenazado. El juego directo preparado por los entrenadores anteriores, que me consta que han preparado cómo querían jugar, se ha convertido en quitarte un problema de encima. La pelota era un problema, con todo el mundo muy resguardado y sin querer ser protagonista, y al final eso te daba un equipo con pocas variables, solo de ida y vuelta. He visto un equipo que por una parte tiene miedo, y por otra es difícil hacerle gol, y tiene un gran potencial a pelota parada. Esas cosas que están construidas queremos darles continuidad, y lo demás que no se pudo construir vamos a tratar de darle ese punto más.

P En verano se habló mucho de cuál debía ser el objetivo.

R Soy de objetivos más generales, vinculados al día a día. El objetivo es que la gente le pierda el miedo a jugar. Vamos a ver cómo construimos esas seguridades a nivel estructural para que tengan líneas de pase abiertas con frecuencia. Después a nivel secuencial trataremos de construir el siguiente, jugar cada vez mejor y ser eficaces. A nivel clasificatorio, lo primero es ganar para cambiar esa sensación. Encadenar buenos resultados. La consecuencia va a ser salir de abajo, meternos en una posición cómoda dentro de un grupo muy exigente, luego si somos capaces alcanzar Copa del Rey, y si hay tiempo, el play-off. Pero vamos poco a poco. Soy una persona que dicen soñadora, pero soy soñadora con los pies en el suelo. Lo primero que percibo es que hay que romper esa dinámica como sea.

Compartir el artículo

stats