Jeison Murillo pasará en las próximas horas de ser un descarte habitual en un Valencia en crisis, a cuatro puntos del descenso, a convertirse en el nuevo fichaje del FC Barcelona, líder de LaLiga y favorito en todos los títulos. No hay anuncio formal, pero el central internacional colombiano se despidió ayer de sus compañeros en la ciudad deportiva mientras se ultimaba el contrato de cesión que le unirá al club azulgrana a cambio de dos millones de euros que el Valencia recibirá en el préstamo. Ante los problemas físicos de Umtiti y Vermaelen, Ernesto Valverde se ha fijado en el defensor valencianista, que esta temporada ha disputado solo tres partidos oficiales, uno en cada torneo.

La operación es provechosa desde el punto de vista financiero -precio por la cesión y la posible revalorización de un activo-, pero entraña un riesgo deportivo. Primero por deshacerse de un central de nivel internacional en un momento en que, a pesar de los excelentes números defensivos del Valencia, con solo 13 goles encajados, los defensas titulares presentan a menudo lesiones. Por una parte, Ezequiel Garay de forma cíclica debe descansar ante la reincidencia en sobrecargas y molestias varias derivadas de la concentración de partidos. Por otro lado, Gabriel Paulista sufre una lesión en los isquios y será baja «en los próximos encuentros», sin concretar un tiempo de baja, según informaron fuentes del club valenciano. El estado físico del central brasileño, indiscutible para Marcelino y uno de los jugadores que ha salido reforzado en el mal inicio, está expuesto. Se lesionó en la primera mitad del encuentro que su equipo disputó el sábado en Eibar después de forzar su reaparición tras lesionarse en el partido precedente frente al Sevilla. Marcelino cuenta en la reserva con Diakhaby, cada vez más integrado, y con Ruben Vezo, de quien valora su versatilidad para jugar en el centro de la zaga o en el lateral derecho.

Hay otro factor a tener en cuenta. La salida de Murillo está conectada con la ausencia de «feeling» con Marcelino García Toral. El jugador de Cali es, junto a Jaume Doménech y Toni Lato (ensombrecido por el gran estado de forma de Gayà), el único que no ha entrado de forma fluida en la rueda de rotaciones. Sin embargo, la contuinuidad entre interrogantes de Marcelino, que se juega su futuro frente al Huesca en Mestalla, hace que la operación sea una apuesta insegura. Un eventual nuevo técnico podría rescatar a Murillo.

La salida de Murillo abre la vía para la llegada del primer refuerzo. Era una de las condiciones de Marcelino. Quiere una plantilla corta de efectivos y cualquier refuerzo estaba supeditado a una marcha previa de un futbolista. Ahora corresponde al Valencia elegir perfil y demarcación. El estado de la enfermería multiplica las opciones, con Kondogbia, Guedes y Coquelin lesionados para varias semanas. Carlos Soler jugará varias jornadas en el centro. Las conversaciones con el Barcelona pueden facilitar la cesión de Denis Suárez.