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El caso de Roberto Bautista: el tenista madrugador que pudo ser futbolista

El de Benlloch lleva cuatro años ganando un torneo en enero - De niño brilló en un alevín invencible del fútbol base

El caso de Roberto Bautista: el tenista madrugador que pudo ser futbolista

Roberto Bautista culminó con éxito una semana asombrosa en Doha. El tenista de Benlloch logró el noveno título ATP de su carrera al completar un torneo magnífico, superando por el camino a rivales de la talla de Wawrinka, Berdych o Djokovic. El serbio, número 1 del mundo, descubrió de primera mano la fuerza doble de un combo que contra Bautista suele ser letal, en esta época del año: pista rápida y comienzo de temporada. El castellonense lleva cuatro años seguidos ganando un torneo en enero y en este tipo de superficie.

A sus 30 años, no puede ser casualidad que haya ganado prácticamente la mitad de sus torneos de la misma manera. Pepe Vendrell, su entrenador, explicaba tras la proeza de Doha y en el portal especializado Punto de Break, algunos de los motivos. «Los comienzos de año son muy buenos, esto es incuestionable. Son cuatro temporadas con un título (dos veces en Auckland, una en Chennai y otra en Doha), pero años atrás ya había arrancado con grandes sensaciones. Hay que destacar el tipo de superficie, las condiciones de la gira, la pelota corre con velocidad y salta menos de lo habitual€ todo esto le ayuda a sentirse cómodo, generar 'feeling' y causa estrés en los rivales. Aparte, viene de hacer una buena pretemporada y el trabajo siempre le hace sentir muy seguro. Es una mezcla de todo, aunque es una persona que necesita poco tiempo para sentirse competitivo, tiene mucho instinto, quizá hay otros jugadores que necesitan más tiempo para alcanzar su mejor tenis».

También en enero, en 2013, Bautista alcanzó su primera final ATP. El castellonense ha sido un deportista de cocción lenta y múltiple. Pertenece a la quinta de 1988, y, antes de centrarse en la raqueta, brilló en el fútbol. Destacó como delantero en una notable generación del fútbol base del Villarreal. Formó parte de un Alevín invencible. Cuando alcanzó la final de Chennai en 2013, dos de sus ex compañeros recordaron para Levante de Castelló aquellos tiempos. Uno es Salva de la Cruz, el portero, que en el Valencia llegó al Mestalla antes de jugar para el primer equipo del Castellón. Es actualmente jugador del Ebro, en Segunda B. «Era un delantero de mucha garra, fuerte y alto, muy competitivo», recordaba Salva, «con un golpeo de balón muy duro» que causaba estragos en los campos de la provincia.

«No sé ni cuántos goles pudo llegar a marcar», apuntaba, «había partidos de 22-0 y cosas así». Salva hizo especial amistad con Bautista al compartir aficiones. «Nos gustan los caballos y alguna vez se quedaba a dormir en casa», decía.

En ese equipo también destacaba Aarón Torlá, que llegó a jugar en Segunda con el Castellón, del que fue capitán. «El equipo era una máquina y Rober destacaba», asegura, «ganamos todos los partidos de Liga y todos los torneos que jugamos, contra rivales del nivel del Valencia, el Zaragoza o el Espanyol». A aquel equipo le quedó la espina de poder jugar el popular torneo de Brunete, porque en aquella temporada 1999-2000, el Villarreal jugaba en Segunda tras el primer descenso de categoría. En el caso de Bautista, el ahora tenista, que ayer recibió la felicitación del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, jugó tan bien que el año siguiente subió directamente al Infantil A. Por eso, como decía Salva «sorprendió su decisión de jugar al fútbol». El tiempo, eso sí, ha demostrado que perseguía otro gran sueño.

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