Levante-EMV

Levante-EMV

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Perfil

La magia está de vuelta

Antoine Diot, durante el partido ante el Estrella Roja. f. calabuig

Apenas podía contener la emoción. La Fonteta, al unísono, se puso en pie para brindar una de las ovaciones más emotivas de los últimos tiempos. Diot se marchaba al banquillo entre vítores después de unos grandes minutos en la cancha. Cada uno de los compañeros chocó la mano al jugador francés que, con los ojos brillantes, apenas podía contener las lágrimas y devolvía con los brazos hacia arriba la gratitud de su afición. No era para menos. Diot volvió a rememorar sus grandes noches en el parquet del pabellón de los Hermanos Maristas con destellos que volvieron a ilusionar a una hinchada que ha esperado demasiado tiempo para volver a verlo jugar a gran nivel.

«Diot soñaba con esta ovación desde hace año y medio. Ha pasado un periplo muy duro. Ser profesional de baloncesto tiene cosas muy bonitas, pero también otras muy duras y desagradables». Con estas palabras describió Jaume Ponsarnau lo que significó un momento que puede marcar su punto de inflexión.

La apuesta del preparador catalán por el base galo es evidente. Diot fue titular en Limoges y repitió el pasado miércoles ante el Estrella Roja en un choque complejo. La mejor manera de que coja ritmo de competición es jugando. La decisión conlleva riesgos y de hecho en los primeros minutos en la pista sufrió. Ragland, base del Estrella Roja, fue un quebradero de cabeza para la defensa. El estadounidense, tan rápido como letal, superó al francés en la marca una y otra vez incidiendo en la falta de chispa y de ritmo de un Diot que quería pero no podía. Ponsarnau no cambió su hoja de ruta apostó por Diot en la segunda parte. La situación cambió y primero con una asistencia y luego con un triple, el genial jugador deleitó en la cancha.

Su llegada a València en 2015-16 tuvo gran repercusión. Su fichaje llegó con algo de retraso por una lesión que le impidió estar con su selección en el Eurobasket en el que, además, los galos eran anfitriones. De la generación de 1989, el combinado francés tenía en Diot a un jugador destinado a tomar el testigo Tony Parker y a competir junto a Heurtel o Westermann.

Internacional en todas las categorías inferiores, su primera medalla llegó con la selección Sub16 en un Europeo disputado en León. Fue nombrado mejor jugador de aquel Europeo en el que participaron entre otros Ricky Rubio, Janavicius, Dragic o Bogdanovic. El Valencia Basket se movió con rapidez para captar un base con potencial y que llegaba en su momento de madurez después de criarse en la prolífica cantera del INSEP y tras pasar por el Le Mans, Paris-Levallois y el Estrasburgo.

Ambicioso por naturaleza, Diot era sabedor de que debía dar un salto adelante y no dudó en enrolarse en el proyecto «taronja» con Pedro Martínez. La temporada del récord de triunfos seguidos no dejó títulos, pero al siguiente tuvo la eclosión con la histórica liga en la que Diot fue responable activo. Su continuidad estuvo en entredicho. Clubes de la Euroliga con peso deportivo y económico llamaron a su puerta, pero Diot, agradecido por la confianza, firmó hasta 2019. La situación se torció con una molestias en la rodilla que no vaticinaban nada bueno. La Supercopa de Gran Canaria supuso su última gran aparición. Luego llegó el largo y duro desierto de catorce meses de baja. La intervención en la rodilla tuvo consecuencias en interminables molestias musculares que impedían una y otra vez la vuelta a las canchas. No se desesperó. Y ha vuelto a lo grande.

Compartir el artículo

stats