Neto Murara se fue de Glasgow con un fuerte dolor en el dedo índice de la mano derecha que ha puesto en vilo al valencianismo. El guardameta brasileño, pilar esencial del equipo, fue sometido ayer por la tarde a unas pruebas nada más aterrizar en València para desvelar si podía sufrir una fractura en dicho dedo. Una rotura de un dedo implica una lesión de entre tres semanas y un mes de baja de los terrenos de juego.

Ante el Espanyol parece claro que Neto no jugará mañana domingo en Mestalla, y que el turno será para el suplente Jaume Doménech, que podrá preparar sus guantes de cara al partido de vuelta de las semifinales de Copa contra el Betis, en Mestalla, el próximo 28 de febrero.

El contratiempo añade dificultades al conjunto de Marcelino García Toral, que se ha reencontrado con la racha de triunfos sin que se haya acabado de vaciar la enfermería. Y todo en un momento trepidante de la temporada, con un calendario congestionado con tres encuentros por semana por la coincidencia de la Copa del Rey con la Liga y las competiciones europeas.

El susto de Neto aparece cuando empezaban a regresar efectivos importantes para Marcelino, como es el caso de Geoffrey Kondogbia y Gonçalo Guedes, ausencias importantes en los últimos meses de competición y que han ido cogiendo ritmo para el tramo final de la temporada.

Sin embargo, en los últimos días se han precipitado las dolencias en la última semana de Rodrigo, Gabriel Paulista, Santi Mina, Gayà y, el jueves en Celtic Park, de Piccini. Molestias que sin considerarse lesiones de altura, es posible que obliguen a parar más de un partido a jugadores de importancia en un momento en el que el ritmo del calendario es frenético.

De todos modos, la gran lección del Valencia frente al Celtic fue la dmostración de que dispone de un fondo de armario cualitativo en el banquillo y con polivalencia, como se apreció con futbolistas como Daniel Wass y Denis Cheryshev.

Frente al Espanyol, y con Parejo y Garay soportando mucho peaje, el «once» podrá ser de verdaderas garantías.