El francés Julian Alaphilippe (Deceuninck-Quick Step) conquistó ayer el primer monumento de la temporada de ciclismo, la clásica Milán-San Remo, imponiéndose al belga de Ag2r, Oliver Naesen y al polaco del Sky, Michal Kwiatkowski. Alejandro Valverde (Movistar), uno de los máximo favoritos para llevarse el triunfo, solo pudo ser séptimo, justo por delante de Vincenzo Nibali (Bahrain) ganador el pasado año.

La 110 edición de la carrera contó desde el principio con diez fugados que emprendieron la dura gesta de aguantar en solitario los 291 kilómetros de la prueba. Sin embargo, Fausto Masnada (Androni), el último superviviente, cedía ante el ritmo del pelotón en plena subida de la Cipressa a 25 kilómetros de meta. Tras un primer ataque de Bonifazzio en la bajada que fue neutralizado en el llano previo al Poggio, los favoritos comenzaron a tomar posiciones listos para atacar en la mítica cota previa a la victoria.

Se sucedieron los ataques, incluido uno del propio Alaphilippe, que no tuvieron éxito durante los siguiente kilómetros. No obstante, una última intentona de Matej Mohoric (Bahrain) sí que fructiferó, pero el francés del Deceuninck, consciente de su superioridad, se pegó a su rueda y pudo levantar los brazos en la mítica llegada en lo que es su séptima victoria en lo que va de temporada.