Tsssss tí, sí ti. El que está leyendo esto, ¿te has enterado del récord mundial conseguido este pasado fin de semana por el Atlético de Madrid? Y no me refiero al de Griezmann y compañía. Poco (en mi opinión) se ha hablado de un hecho histórico logrado al llenar el Wanda Metropolitano, ¡¡¡por las chicas!!! Estoy segura de que habrá quien lo haya visto de refilón en la televisión, otros que les habrá llegado la noticia a través de algún conocido e incluso aquellos que no sabrán lo que les voy a contar.

Tengo la sensación de que una noticia así ha tenido poca repercusión. En cambio, si alguno de los futbolistas más famosos de nuestros país, y no quiero decir nombres, se cambia el peinado o el modelo de coche, estamos abriendo y cerrando todos los informativos con eso.

Se merecen más de una portada. Que todo el país sea consciente de lo que han hecho. No solo han conseguido que un estadio entere vibrase con ellas, detrás hay mucho más. Jugué para ese club dos temporadas y el éxito de hoy, es el fruto del trabajo de muchos años. Siempre han cuidado cada pequeño detalle; desde una simple cesta de fruta en el vestuario todos los días de partido, hasta que cada una de nosotras tuviésemos una taquilla donde poder dejar nuestro enseres personales.

La afluencia de público dejaba entrever que iba a ser un encuentro de alto voltaje, entre Atlético y Barcelona, los dos primeros clasificados de la liga, y de los mayores causantes de que en los aledaños del estadio desfilasen niñas vistiendo camisetas de sus ídolos; Olga, Mariona, Meseguer, etc.

¿Dónde quedó esa época en la que nosotras mirábamos a otros países para encontrar referentes a quienes querer parecernos? Pasado pisado. Ahora son ellas las que nos miran a nosotras. El camino hasta llegar a la cima es largo, pero que bonitas serán las vistas una vez la coronemos.

Queda claro que nosotras para ser portada tenemos que hacer algo fuera de lo normal, algo extraordinario que destaque por encima de cualquier otra cosa que esté pasando en el mundo deportivo en ese instante pero, nacimos guerreras y seguiremos guerreras. No hay techo que nos pare para continuar luchando, soñando despiertas y no solo tenemos 60.739 razones que abarrotaron el Wanda, tenemos muchas más.