El gran éxito de la Eurocup no pasó factura, todo lo contrario. La victoria frente al Alba Berlín sirvió de estímulo para conseguir un triunfo solvente que mantiene intactas las opciones de conseguir la cuarta plaza en la liga. El encuentro comenzó con un recibimiento frío a Vidorreta en su vuelta a la Fonteta y con el ofrecimiento del trofeo continental a la afición «taronja».

El Valencia Basket saltó a la pista impulsado por el título de la Eurocup. Con un juego ágil y dinámico, el conjunto «taronja», a ritmo de triples, obligó a Vidorreta a parar el encuentro con apenas cuatro minutos disputados (15-4). No mejoraron las cosas para los insulares, que mostraron una desidia sorprendente, circunstancia que aprovecharon los valencianos para estirar algo más su ventaja al final del primer cuarto (25-13). El Tenerife realizó su primera falta en el inicio del segundo cuarto, clara prueba de la poca intensidad mostrada hasta entonces.

Los canarios propiciaron más errores del Valencia Basket en el segundo cuarto. Esta situación llevó a un ajuste del electrónico (29-24). La dirección de Van Rossom, el trabajo de Sastre y los puntos de Matt Thomas y Will Thomas pudieron mantener la ventaja al descanso en un choque en el que los «taronja» fueron claramente de más a menos, para dejar todas las opciones abiertas de cara a la segunda parte (37-34).

El juego se mantuvo equilibrado en el inicio del tercer cuarto. El acierto desde el triple y una magistral dirección de Van Rossom mantuvieron al Valencia Basket por delante (59-56).

El tramo final del tercer cuarto fue aprovechado por los de Ponsarnau para estirar algo más su ventaja ante un Tenerife que perdió firmeza y concedió un triple en la bocina, de Doornekamp, que volvió a abrir una brecha significativa con sólo diez minutos por jugar (68-58). Con el ánimo de evitar sustos, el Valencia firmó un parcial de 8-0 para dejar casi sellada la victoria y adquirir su máxima renta (76-58). El choque ya no corrió riesgos y la Fonteta sigue de fiesta un día más.