Visitar el Santiago Bernabéu siempre es complicado, pero si a ello se suman un Real Madrid con ansias de mejorar su imagen y un Villarreal CF sin ideas, la combinación resulta desastrosa para los intereses visitantes. Ayer, el equipo que entrena Javi Calleja estuvo muy flojo. Pese a que viajó con la intención de puntuar y dar un pasito más hacia la permanencia, apenas inquietó la portería de Courtois, ofreciendo una pobre imagen y ninguna capacidad de reacción cuando se puso por detrás en el marcador. Así, la salvación se retrasa una jornada más y el submarino tendrá que jugársela el domingo que viene en el Estadio de la Cerámica contra el Eibar.

El partido no pudo empezar peor. Cuando apenas habían transcurrido dos minutos de juego, una pérdida de balón de Cazorla en la frontal del área propiciaba el primer gol del Madrid, obra de Mariano con la izquierda. Fue un golpe duro e inesperado del que el Villarreal debía reponerse rápidamente para evitar males mayores, pero lo cierto es que en los compases iniciales al cuadro amarillo le costó entrar en el encuentro.

Por fortuna, la defensa villarrealense y Andrés Fernández desbarataron las siguientes oportunidades locales, permitiendo que el equipo se fuera asentando y ganando confianza con el paso de los minutos, aprovechando que este Madrid no es el todopoderoso Madrid de hace temporadas y también tiene sus debilidades, como por ejemplo los desajustes en el centro del campo.

En uno de esos, Gerard Moreno aprovechaba una buena asistencia de Álvaro González para encarar la frontal del área y con un potente zurdazo batir a Courtois y poner de nuevo las tablas en el marcador, soñando con sacar algo positivo del Bernabéu.

El gol, lejos de alentar a los amarillos, espoleó a los madridistas y estos empezaron su particular recital en la portería del Villarreal.Un palo de Carvajal, un remate de Valverde desde la frontal y sendos lanzamientos de Marcelo y Kroos obligaron a Andrés Fernández a sacar a relucir sus reflejos y parar cada uno de los lanzamientos como buenamente podía. Por la derecha, por la izquierda, por arriba... Daba igual. El Madrid apretaba de lo lindo y el portero del submarino no daba a basto.

El Villarreal, que hacía lo que podía, tímidamente buscaba aproximaciones al área madridista a la contra, pero estas llegaban en cuenta gotas. Las dos más claras fueron una de Pablo Fornals en el minuto 28 con un potente disparo que se marchó fuera y otro de Samu Chukuwueze tres minutos después que apenas inquietó a Courtois.

Cuando el encuentro encaraba el paso por vestuarios llegó el segundo mazazo para los amarillos. Jesús Vallejo aprovechaba un balón muerto dentro del área tras saque de esquina para superar a placer al portero del Villarreal y establecer el 2-1 con el que el encuentro llegó al descanso.

Un marcador que se incrementó a favor de los de Zidane nada más arrancar los segundos 45 minutos y que dejó muy tocados a los groguets, quienes pasaron de nuevo a encerrarse en su área y estar a merced de un Madrid que perdonó el cuarto en una jugada que no supo culminar Brahim.

Calleja trató de dar criterio a su centro del campo sacando a Trigueros, pero el partido poco varió porque no se conseguía de ningún modo enlazar dos pases buenos y cada pérdida significaba una jugada de peligro de los madridistas. El Madrid, que no se jugaba nada, encontró la situación perfecta para reencontrarse con su afición en un partido que tenía totalmente controlado y dominado, y en el que no temió por la victoria.

Los amarillos opusieron poca resistencia, estuvieron grises y sin ideas, y tuvieron muchas dificultades para crear peligro. Tanto es así, que en el segundo tiempo tan solo un cabezazo de Mario y un chut de Chukwueze destacaron por parte del cuadro de la Plana Baixa. Esas dos jugadas y el gol en el descuento de Jaume Costa que establecía el definitivo 3-2 porque ya no había tiempo para más.

Ahora al Villarreal no le queda otra que ganar al Eibar para sumar los tres puntos que le permitirían alcanzar los 43, con los que a priori debería servir para salvarse.