¿Cuál piensa que es el principal atractivo de este Senior Masters Cup en València?
Creo que lo más atractivo es que en este momento no hay ningún torneo en València, por lo que estos campeonatos promocionan el tenis y permiten que los valencianos puedan ver grandes partidos. El encuentro de mañana (hoy para el lector) entre David (Ferrer) y Feliciano (López) es una muestra de este gran tenis y, además, es importante que la gente vea también a alguien de mi generación todavía juega al tenis pese a tener 55 años.
Usted consiguió llegar a ser número uno del mundo en una época con grandes figuras. ¿Cómo se sintió al conseguirlo?
La verdad es que yo no me sentía así (como el número uno). Para mí todo era ganar los mejores torneos y vencer a los mejores jugadores. Yo creo que te sientes como el número uno del mundo cuando ganas el Abierto de Francia (Roland Garros). Para mí, el ranking no fue nunca tan importante, pero obviamente es agradable recordar que fui el mejor tenista del mundo sobre el papel durante un tiempo.
Además ganó durante su carrera tres de los cuatro Grand Slams. ¿Qué le falto para hacerse con Wimbledon
Lo que pasó con Wimbledon es que yo siempre lo hacía bien en el Abierto de Francia. Desde 1982 hasta 1988, llegué a las semifinales en seis ocasiones y solo perdí antes en una (Tercera Ronda en 1986). En nuestro tiempo, era muy difícil jugar en hierba nada más acabar el Abierto de Francia y no era la superficie, porque lo hice bien en Australia sobre hierba, donde gané dos veces. Para mí era posible jugar bien en hierba, donde fui capaz de ganar a Lendl, McEnroe... Aunque no fuera capaz de conseguir Wimbledon, yo jugaba bien en hierba.
¿Cómo fue disputar justamente con McEnroe ese largo partido de seis horas y media en la Copa Davis
Bueno, creo que fue uno de los partidos más emocionantes de mi carrera, especialmente jugando contra él en América. Fue la primera vez que le conocí y obviamente McEnroe es una leyenda del deporte. Para mí fue importante entender que ¡wow!, a él no le gustaba perder nunca.
Y como jugador era...
Muy temperamental, la verdad, pero también te dabas cuenta cómo de duro peleaba y cómo luchaba también el resto. Yo tuve mucha suerte de jugar en los 80 con McEnroe, Lendl, Becker, Edberg..., una gran generación.
Si mira en la actualidad, ¿quién piensa que es el mejor jugador del mundo?
Bueno, obviamente Novak (Djokovic) es el mejor jugador. Tiene una habilidad para mejorar su juego para los Grand Slams y además es muy constante durante el resto del año. Nadal a veces también está a un gran nivel, pero creo que el favorito para ganar en París este año será Novak.
¿Y qué le parece la retirada de otro jugador de esta época como Ferrer?
Muy triste. He estado viéndolo jugar desde que era joven en el torneo sueco de Bastad y me encantaba. Creo que David tiene el mayor de los respetos por parte del resto de jugadores y creo que se merece este respeto por lo duro que trabaja y por su actitud en cada partido, su coraje. Todo es fantástico.
Esta Senior Masters Cup, además, tiene un partido de jóvenes jugadoras con Anabel Medina. ¿Cómo de importante es esta oportunidad para ellas?
Jugar con una jugadora como Anabel es importante, pero yo creo que es todavía más importante que jueguen con personas viéndolas, porque llega un momento en que no juegas delante de cinco, sino de 5.000 personas. Es un sentimiento diferente y no a todo el mundo le gusta. Por eso es muy importante para los juniors vivirlo y que puedan decir «Wow, me gusta más jugar delante de gente». Competir delante de muchas personas es divertido y de eso se trata, de disfrutar. Obviamente es increíble ganar un Grand Slam, pero jugar finales es mucho más divertido que el sentimiento de ganar, dura más.
