Finalizada ya la competición de la Primera División de fútbol y a escasos días de que acabe la Liga en Segunda, la Policía ha asestado un nuevo golpe a los amaños de partidos en una operación con varios jugadores y técnicos detenidos. La Operación Oikos, llevada a cabo por los agentes de la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV) de la Policía Nacional, se ha saldado de momento con diez detenidos, aunque solo seis pasarán a disposición judicial.

Todo comenzó tras la denuncia de LaLiga en mayo de 2018 por presuntas irregularidades detectadas en el partido que disputaban el Huesca contra el Nàstic de Tarragona y su relación con las apuestas deportivas. Precisamente, el amaño de este partido de Segunda División llegó a disparar las apuestas, hasta el punto de que el volumen de dinero llegó a ser hasta 14 veces más elevado al normal para esa categoría. Ese encuentro acabó con victoria del Nàstic (0-1) sobre el Huesca. El equipo oscense ya había ascendido a Primera División, y el Nàstic estaba a 29 puntos. El Comité de Competición incoó un procedimiento disciplinario extraordinario a ambos equipos.

Dirigida por el Juzgado de Instrucción número 5 de Huesca, la operación continúa abierta y ya han sido detenidas, según fuentes próximas a la investigación, varios futbolistas, como el gandiense Raúl Bravo, y Borja Fernández, del Real Valladolid y que se retiró recientemente tras jugar las dos últimas temporadas en el equipo pucelano y ser su capitán.

Asimismo, en Ibiza, donde se encontraba de vacaciones, ha sido arrestado Samuel Saiz, jugador del Getafe, así como Carlos Aranda, exjugador de varios equipos de Primera División, entre ellos el Levante; Íñigo López, jugador del Deportivo de La Coruña; Agustín Lasaosa, presidente de la Sociedad Deportiva Huesca; y Juan Carlos Galindo Lanuza, jefe de los servicios médicos del mismo club, también han sido detenidos.

La investigación, según la Policía, ha permitido corroborar que los investigados alcanzaron acuerdos con diferentes jugadores para «amañar» el mencionado Huesca-Nàstic de la pasada temporada. En esta línea y pese a las informaciones de diversos medios que ayer indicaban que el Valladolid-Valencia de la última jornada también podría estar siendo investigado, la Liga, en un escrito publicado también ayer, no mencionaba que se estuviera revisando el partido dentro de la operación.

Varias fases de amaño

Según la Policía, la manipulación de los encuentros se realizaba en varias fases. En la primera se seleccionaban los partidos, bien del inicio de la liga o de su final. Después, se intentaban pactar apuestas combinadas -resultados parcial y final, resultado final y córners, por ejemplo-, lo que les permitía incrementar notablemente los márgenes de ganancia.

Asimismo, llevaban a cabo un proceso de captación, con una primera aproximación de tanteo a algún miembro de la plantilla, preferiblemente a uno de los capitanes. Una vez aceptado el amaño, el pago a los jugadores implicados se producía siempre en metálico y en dos fases: una previa al encuentro y otra una vez producido el resultado pactado. Los responsables de la organización eran los encargados de anticipar el dinero correspondiente al primer pago a los jugadores y a las apuestas.

Tras esta operación, el máximo responsable de la Policía Nacional, Francisco Pardo, ha hecho hincapié en la «magnífica colaboración» entre LaLiga y la Policía, con acuerdos «para luchar por la limpieza en el deporte». Algunos clubes, como la Sociedad Deportiva Huesca o el Real Valladolid, se han desmarcado de la operación y han ofrecido su colaboración a las fuerzas de seguridad para luchar contra la corrupción en el fútbol. Mientras, el Valencia CF ha asegurado que la entidad es «ajena» a «supuestos amaños de partidos» y ha anunciado que adoptará «medidas legales» contra los que difundan «cualquier rumor o noticia infundada» que vincule al club con esos asuntos.

Desde los detenidos, uno de ellos, el jugador del Valladolid Borja Fernández pidió, a través de sus allegados, que se crea en él y en su presunción de inocencia, un derecho al que también ha apelado la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE), que ha mostrado su «total respeto por la investigación» policial y ha exigido «respeto para las personas» investigadas.