El Villarreal sigue conjugando el verbo 'ganar de carrerilla'. Cuarto partido y cuarta victoria de la pretemporada. Le ha cogido el gusto y sigue sumando victoria por partido, pero lo más importante es la actitud y las ganas de acumular triunfos y pugnar por cerrar los encuentros, a pesar de que no existe la presión de la competición. El Colonia se convirtió en la nueva víctima del hambre voraz de este nuevo Villarreal que desafió a la tormenta, también desenvolviéndose bien en el otro fútbol.

Con un terreno de juego encharcado por el fuerte aguacero que cayó sobre Kufstein durante la primera parte, todo invitaba a evitar choques fortuitos que pudieran desencadenar en lesiones, más que en desarrollar el fútbol que agrada al equipo de Calleja. El técnico probó un once con dos delanteros natos: Ekambi y Gerard Moreno. Un centro del campo plagado de talento con Moi Gómez, Cazorla, Morlanes y Vicente Iborra, aunque la meteorología no dejó el césped para florituras. Y el partido comenzó como concluyó el último ensayo, con un penalti de Funes Mori por un supuesto empujón en el área, que Terodde transformó a los dos minutos.

El Colonia salió a por todas.Jugó al límite y apuntó al contacto para nivelar su inferioridad técnica. Aún así, el Villarreal demostró que tiene mucho poder ofensivo y a la mínima ocasión, Gerard Moreno se sacó una acrobática chilena que solo por la estética de la acción merecía el premio del gol, pero el balón se estrelló en el larguero.

Sin perder la cara

Con el balón frenado en los charcos, el Villarreal no le perdió la cara al partido e intentó no perder los pulsos que se jugaban en cada acción, incluso a balón parado. En una de esas, Cazorla levantó la cabeza, y Funes Mori impulsó con un certero testerazo, levantándose entre las torres germanas, y colocando el empate en el marcador.

Calleja movió el banquillo en el descanso y efectuó hasta 7 cambios de golpe. Bacca fue uno de ellos y también un dolor de cabeza para la defensa alemana, que no pudo frenarle en su carrera hacia la portería del Colonia terminando la acción con un misil que escupió el larguero y que Gerard Moreno, oportuno y en el sitio, mandó con un sutil toque fuera del alcance del portero (1-2).

Los amarillos no se relajaron, se adaptaron a las circunstancias y mantuvieron la intensidad. Así Bacca, en una jugada similar a la del 1-2, aguantando las tarascadas de la defensa del Colonia y superando en velocidad a sus oponentes hasta plantarse otra vez solo delante del guardameta rival, esta vez sí consiguió poner el balón en el fondo de la red. Era el 1-3 y todavía el Villarreal dispuso de alguna ocasión más para aumentar las distancias cuando la tormenta apareció de nuevo y lo mejor que podía pasar era pitar el final.