Calleja sigue utilizando la pretemporada como banco de pruebas. Más pendiente de analizar rendimientos y situaciones en el campo que de otra cosa, el Villarreal continuó perfilando su maquinaria ante un Schalke 04 que le infligió la primer derrota (3-1) de la pretemporada, tan anecdótica como las victorias anteriores. A lo largo del partido, el Villarreal mostró dos caras diferentes. Mejor en la segunda parte, en la que tuvo hasta cuatro ocasiones claras, que en la primera, Calleja pretendía probar cosas y ver a Zambo Anguissa, aunque estuviera todavía lejos de su momento de forma idóneo con apenas una semana de trabajo, era una de ellas. El camerunés no mostró malas formas, pero no se le pudo ver para lo que se le ha firmado, es decir, para que ofrezca ese despliegue físico que libere a los futbolistas con talento que posee el submarino en el centro del campo.

Calleja movió su probeta desde el inicio. En el once salían los Albiol, Pau, Cazorla..., fijos para el técnico y que apuntan a la titularidad ante el Granada. En este esquema, el Villarreal no mostró la frescura de los anteriores partidos. Sí dejo detalles de la idea de Calleja. La construcción de juego se inicia muy desde atrás, intentando canalizar el balón desde el área. Por contra, las líneas se estiran para presionar muy arriba al rival.

Así, el Villarreal empezó mandando con el balón. Sin embargo fue el Schalke 04 el que se adelantó en su primera ocasión gracias a un desajuste defensivo. Los castellonenses no se rindieron y apareció, como casi siempre, Cazorla. Con un pase magnífico a Iborra, el centrocampista lograba empatar el partido, un resultado con el que se llegaba al descanso. Ya en el segundo tiempo, el Villarreal fue mejor que los alemanes, pero el Schalke volvió a adelantare por medio de Nassim. Ocpzika, a balón parado, cerraría el marcador de un choque que pone punto y final al stage en en el Tirol austriaco y que deja más aspectos positivos que negativos.