La pasada semana titulaba la melodía así: «La casa de los líos». Me refería claro a los problemas surgidos en el Valencia a raíz de la decisión de Peter Lim de querer deshacerse de los servicios de Mateo Alemany, como saben todo terminó como estaba, tras la reunión de los implicados en Singapur. Para eso no hacía falta el viaje, digo yo, simplemente con una conversación telefónica de las de ahora, con face time, incluido sobraba. Reinó la cordura y no pasó nada raro. El Director General continúa en su puesto y el patrón en el suyo, al menos de momento, en estas cosas nunca puedes decir que el asunto está cerrado por completo.

Uno abogaba por la tranquilidad más que por la posible destitución del mandatario, sobre todo porque estás situaciones llegan siempre al vestuario y estamos ante el inicio de una nueva temporada, el Valencia tiene compromisos importantes y desestabilizar a la plantilla no conduce a nada bueno. La afición también andaba rebotada y parece que está ya más por su labor que no es otra que animar al equipo.

Por su parte en el Levante la pretemporada ha sido bastante regular. Los nuevos se han hecho pronto al resto de compañeros y parece ser que el optimismo, eso sí moderado, reina en el club azulgrana. Todavía hay tiempo para algún que otro fichaje. Particularmente creo que hace falta, la temporada es larga y todos hacen falta. Quizá los aficionados esperaban alguna incorporación de más nombre, al menos de lo que ha llegado, pero es lo que hay.

Nueva temporada a la vuelta de la esquina. La guerra Liga Profesional y Federación deja en el aire las fechas exactas de comienzo. Si se juega de viernes a lunes como quieren unos o solo sábados y domingos como quieren otros, en fin tiempo al tiempo pero fútbol tendremos.