El Valencia Basket se quedó muy cerca de poder jugar la final de la Supercopa y de derrotar al potente Barça. El conjunto «taronja» sólo tuvo un par de lagunas tras el descanso y en el tramo final que le penalizaron de manera letal. Marinkovic fue una de las mejores noticias del choque. El joven jugador serbio mostró una credenciales más que interesantes con desparpajo y talento innato en la escuela balcánica. Su lastre fue un golpe recibido en el tobillo izquierdo que le impidió acabar el encuentro y del que se espera conocer hoy su alcance. Otro detalle a analizar fue el arbitraje. El conjunto «taronja» se vio muy penalizado por un criterio arbitral excesivamente permisivo ante la dureza del Barça. Un buen ejemplo de ello es que los valencianos tan sólo acudieron en dos ocasiones al tiro libre, siendo además en el minuto 35. Por el contrario Vives fue descalificado por dos técnicas tras ser víctima de un azote continuo por parte de los sus defensores. Sin ser una excusa definitiva sí es cierto que si esta tendencia se mantiene en el baloncesto actual, la directriz parece clara de favorecer al poderoso y castigar al más débil. El deporte de la canasta debe mostrar un talante más ecuánime y explicativo para no caer en el proteccionismo al poderoso.El club «taronja» mostró ayer en las caras el enfado por muchas acciones señaladas y de las que no se han informado en las reuniones previas al inicio de la temporada. El responsable de arbitraje fue conocedor del malestar del Valencia Basket. Habrá que ver si tiene efecto.

Los últimos minutos, letales

El Valencia Basket saltó a la pista con las ideas muy claras. La premisa clara fue realizar un importante trabajo en defensa que complicara la anotación de los catalanes. Esto se consiguió durante el primer cuarto y tan sólo la aportación de un inspirado Claver mantuvo al Barça en el choque. La falta de acierto en el perímetro de los «taronja» fue el único lastre y que impidió llegar por delante al final del primer cuarto pese a ser mejor que su rival (15-15). El segundo cuarto se mantuvo bajo los mismos parámetros. Ponsarnau mostró que correr tras una defensa era el principal arma a explotar. Tobey fue un pilar importante en la pintura y estuvo bien respaldado por Motum y la firme de dirección de Vives. En este escenario una canasta de Labeyrie dejó la máxima renta para los valencianos (19-26). El Barça seguía con dudas aunque el veterano Tomic tomó la bandera para romper su sequía anotadora y estrechar el choque (29-32).

Los de Pesic salieron con otro talante tras el paso por los vestuarios mejorando sus prestaciones en defensa lo que ocasionó una mayor producción ofensiva. Ponsarnau se vio obligado a pedir tiempo tras encajar un parcial de 11-0 que marcó la mayor desventaja en el marcador (40-32). Con Vives desconcertado por su técnica, llegó la hora de Marinkovic. El serbio fue el auténtico agitador de los «taronja» con un recital desde el lanzamiento de tres puntos que igualó todo al final del tercer cuarto (49-49). Esa espiral alcista se confirmó en el último período con una pequeña brecha que acercaba la opción de llegar a la final (54-58). La ausencia del serbio por un golpe y las pérdidas fueron un escollo grande. El Barça remontó con Higgins y ya no dio opciones. Vives fue descalificado. Amargo adiós a la Supercopa.