Pese a las rotaciones, la acumulación de minutos y el escaso rendimiento que ambos vienen ofreciendo me sorprendería que Paco López se dejara hoy a Campaña o Morales fuera del once. Hay quien le acusa de cobardía y falta de personalidad para plantar cara a las vacas sagradas del vestuario. Nada de eso: López hace las cosas por simple convicción. Y aunque personalmente discrepe de él en algunos puntos, es muy injusto llamarle cobarde. El ejemplo más claro es que, por convicciones estrictamente deportivas, acabó alineando el curso pasado a Jason, pese a generar con ello un divorcio con parte de la grada que aún persiste. No es un comportamiento propio de cobardes, desde luego.
Política de cantera. El fútbol le dio la razón a López y Jason contribuyó a la salvación del Llevant. El gallego se equivocó, sin duda, pero es titular en el Getafe y ha debutado en Europa League. Aunque no tanto como él o sus representantes creen, es un buen futbolista. Y hubiera sido muy útil en el Llevant, un club que lo formó desde los 16 años. Las fugas de talento canterano, sin apenas rédito, son una constante. Es un mal negocio y evidencia que algo falla. Mientras una parte de la afición siga viendo los árboles (¡Jason rata!) pero no el bosque (política de cantera del club), poca necesidad sentirán en las oficinas de hacer autocrítica y mejorar esta parcela. ¿Autocrítica? Si apenas existe crítica desde fuera, ¿por qué iban a hacer autocrítica? También es verdad.
Una plantilla mejor. Del once alineado en la última visita al Villamarín hace un año, liquidada con una espectacular victoria (0-3), sólo quedaban en el que se enfrentó al Eibar Roger y los propios Campaña y Morales. De aquellos catorce, seis están fuera: Chema, Doukouré, Jason, Luna, Prcic y Dwamena; tres no cuentan: Oier, Coke y Toño; Postigo no estuvo ante los armeros y Bardhi tampoco. Esta situación en absoluto es alarmante: se han mejorado muchas posiciones y se ha ganado fondo de armario. Me atrevería a asegurar que López cuenta con la mejor plantilla de la historia del Llevant, con jugadores que aún van a mostrar su mejor versión.
El Talón de Aquiles. El equipo, sin embargo, en estas primeras cinco jornadas, ha tenido dos talones de Aquiles: la preparación física y un cierto desequilibrio. Si a la calidad que atesora esta plantilla le sumamos motivación, intensidad, constancia, orden táctico y sacrificio, los resultados pueden ser espectaculares. Y si no, al tiempo. El Villamarín es un escenario inmejorable para iniciar ese camino y el Betis de Rubi, atenazado por el exceso de expectativas, un rival perfecto.
