Rafa Martínez, leyenda taronja, ejecutó este domingo a su exequipo con 16 puntos, 22 de valoración y dos tiros libres decisivos a falta de catorce segundos del final. No fue ni de lejos el mejor partido del Valencia Basket, al que tras una primera mitad horrorosa le faltó tiempo para remontar tras el descanso. Derrota justa en la que los de La Fonteta jamás fueron por delante en el electrónico y de la que el equipo debe extraer una importante lección de cara al futuro.

Primera parte para olvidar la del Valencia Basket en Miribilla. Una de las peores de los últimos tiempos ante un recién ascendido a la Liga Endesa como el Retabet Bilbao Basket. Fue curiosamente Rafa Martínez el primero en sacar a relucir las vergüenzas del equipo de Jaume Ponsarnau. Con 6 puntos, 2 asistencias, 2 rebotes y 11 de valoración en menos de cinco minutos el escolta de Santpedor resultó determinante para instaurar la primera renta local en el marcador (11-5; min. 4).

Sólo sería el principio. La incomparecencia defensiva taronja, unida al colapso y falta de acierto ofensivo dieron alas a un Bilbao que encontraba un filón en el 6,75 para castigar los errores del Valencia Basket. Ni siquiera el estreno como taronja de Quino Colom, que no se puede decir que mostrase un mal nivel, sirvió para hacer reaccionar al equipo. La puntilla a la pobre imagen ofrecida en este acto inicial la puso Sergio Rodríguez sobre la bocina con un triple a tablero cargado de suspense y que elevó hasta diez la ventaja vasca (28-18; min. 10).

La valoración (37-19) no dejaba lugar a la duda, pero aún así el Valencia Basket fue incapaz de subsanar sus carencias en los minutos posteriores. La defensa seguía haciendo agua y, pese a dos triples casi consecutivos de Guillem Vives, el ataque siguió lejos de inquietar mínimamente al Bilbao (44-28; min. 15). Ponsarnau, viendo lo que se venía encima, solicitó de forma tardía tiempo muerto. La medida, también es cierto, no sirvió para mucho pues la brecha al descanso era ya más que preocupante (53-34; min. 20). Y lo sólo por los 19 puntos de desventaja, sino por las paupérrimas sensaciones que los valencianos estaban mostrando sobre la cancha.

Arrancó algo mejor el Valencia Basket tras el descanso después de llegar a ir hasta 21 abajo (55-34; min. 21). Unos mínimos ajustes defensivos provocaron un parcial de 6-16 liderado por hombres como Van Rosssom y San Emeterio que parecieron meter de nuevo a los de La Fonteta en el encuentro (61-50; min. 26). Álex Mumbrú lo paró de inmediato y acto seguido cinco puntos consecutivos de Rafa Martínez devolvieron la tranquilidad a Miribilla (66-50; min. 27).

Tocaba seguir remando y creyendo en una remontada que, una vez llegados al último cuarto, daba la impresión de ser más que complicada (71-57; min. 30). Sin embargo, todo lo que había salido mal hasta entonces cambió de signo. Los locales, ante la mejoría defensiva taronja, empezaron a encadenar errores y el Valencia Basket vio por fin algo de luz de la mano de un gran Guillem Vives. El base catalán abrió el camino para empezar a soñar con la remontada poco antes de ser sustituido por un Van Rossom que alargó el parcial hasta un 0-12 (71-69; min. 36).

Arrancó un partido nuevo de cuatro minutos en los que el equipo taronja tuvo varias ocasiones de empatar e incluso ponerse por delante, pero en los que nunca logró rubricar la remontada. Soñó con ella e incluso la acarició, pero dos tiros libres convertidos por Rafa Martínez a falta de 14 segundos resultaron definitivos (83-79).