La derrota del domingo ante el Herbalife Gran Canaria en La Fonteta puso a Jaume Ponsarnau en el punto de mira de la afición, que lo despidió entre pitos y protestó cada una de sus últimas decisiones respecto a los cambios. Pero horas después del nuevo tropiezo taronja y tras una pequeña reunión con el técnico la misma noche en La Fonteta, el club ha decidido mantener su confianza en el entrenador al menos para los dos próximos partidos, en espera de una reacción tanto en la Euroliga como en la Liga Endesa.

Así, Ponsarnau se sentará en el banquillo tanto en Atenas como en Murcia en los partidos que medirán al Valencia Basket con el Panathinaikos y el UCAM respectivamente. Dos exámenes con la máxima presión para el técnico y la plantilla después de sumar solo una victoria en los seis primeros partidos de Euroliga y tres en las siete jornadas disputadas hasta la fecha en la Liga.

Los responsables deportivos del club le han transmitido su confianza, pero esperan ver resultados, por lo que una nueva mala semana podría ser definitiva para Jaume Ponsarnau como entrenador del Valencia Basket.

Con la sombra de Xavi Pascual en el horizonte no queda margen para el error y menos en una Euroliga en la que el equipo es colista, empatado con el Alba Berlín y el Fenerbahce con una sola victoria en seis partidos.

De momento el jueves viajará a Atenas y después a Murcia, confiado en poder invertir la mala tendencia del equipo, con el espejo de la temporada pasada, donde pudo superar una situación crítica tras la contundente derrota ante el Iberostar Tenerife hasta acabar ganando la Eurocup y logrando el billete para la actual Euroliga.

En este caso, sin embargo, la situación es más complicada aún que entonces y a pesar de haberse ganado la renovación el año pasado tras cumplir los objetivos del club, ahora el camino a la Euroliga pasa por superar la primera fase y, tras la disputa de las primeras seis jornadas, el Valencia Basket es colista.

El propio Ponsarnau admite que el equipo aún está en construcción y que algunos de los fichajes aún no han mostrado su mejor nivel, pero asume también algunos errores propios, tal y como reconoció tras el último partido ante el Herbalife Gran Canaria, en el que reconoció que quizá tenía que haber jugado los últimos minutos con dos bases, en lugar de alternar constantemente en la posición con Guillem Vives y Quino Colom, faltos de confianza en los últimos minutos. Ahora necesita la mejor versión de todos para que el proyecto siga adelante con él al frente.